5 herbicidas caseros que puedes hacer tú mismo sin perjudicar al planeta

Publicado 21 enero, 2020 por Javier Escribano
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Cuidar un jardín particular puede ser unas de las aficiones más fructíferas: no solo nos entretendrá durante horas, sino que contribuye a embellecer y mejorar nuestro ambiente: mejora la calidad del aire, regula la temperatura, estimulan la flora y fauna… Sin embargo procurar este pequeño espacio para la naturaleza en medio del ambiente urbano puede resultar contraproducente si usamos agresivos fertilizantes y pesticidas. Estos productos químicos pueden llegar a contaminar la tierra e incluso filtrarse al agua que bebemos.

malas hierbas flor

Por supuesto, la manera más ecológica de librarnos de las malas hierbas sería arrancándolas una a una desde la raíz, pero eso no es algo demasiado efectivo con nuestro tiempo. Por esa razón, os presentamos cinco herbicidas caseros para libraros de las hierbas no deseadas sin utilizar productos químicos. Esto no significa que estén libres de riesgos para el suelo del jardín, para el resto de plantas o incluso para nosotros mismos, por lo que (como con cualquier tarea de jardinería) hay que utilizarlos con precaución.

Agua hirviendo

cazo fuego

Es el método más sencillo, el más barato y el más seguro (siempre que no te eches el agua hirviendo encima). Simplemente tienes que «regar» las plantas de las que te quieras deshacer, vertiendo el agua hirviendo sobre sus hojas y tallos. Es un método efectivo para librarte de las hierbas que aparecen en hileras a lo largo de las aceras.

Sal

El cloruro sódico, o sea, la sal común, es un conocido herbicida natural (utilizado a veces para inutilizar las tierras conquistadas y que no volviera a crecer). Por su eficacia, hay que utilizarlo con cuidado para no dañar plantas vecinas. Disuelve una parte de sal por ocho de agua y añade un poco de jabón para que se adhiera mejor a las hojas. Utiliza un spray para aplicarlo sobre las hierbas, cubriendo las que quieras salvar, y evitando el contacto directo con la tierra (quieres cargarte la hierba, no el jardín).

Vinagre

El vinagre, por su acidez, es otro producto casero con el que se puede elaborar un buen herbicida. El vinagre blanco, el más común en la cocina, servirá. Mézclalo con jabón (y si quieres, también con sal) y rocíalo sobre las hierbas. De nuevo, ten cuidado de que no llegue al suelo, pues podría matar bacterias que sí son beneficiosas para que germinen futuras plantas.

Calor

Si dispones de las herramientas apropiadas (un desmalezador a fuego como el de la foto es demasiado… pero sí algo similar a menor escala) podrás aplicar calor sobre las hierbas de manera segura, lo que provocará su desaparición. Ni que decir tiene que, si no tienes las herramientas, no se te ocurra andar prendiendo fuego a tu jardín.

Bórax

El bórax, o borato de sodio, es un mineral natural utilizado para la composición de numerosos detergentes, desinfectantes, pesticidas, jabones e incluso abrillantadores para muebles y joyería. Es inofensivo para el medio ambiente, aunque debemos tener cuidado de que no entre en contacto con nuestra piel, pues puede provocar irritaciones leves. Para utilizarlo como herbicida, hay que diluir 250 gramos de bórax en polvo en 1 litro de agua y rociar la mezcla sobre las malas hierbas.

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