Hoy queríamos compartir con vosotros el trabajo tan especial del ilustrador, de origen bilbaíno, Óscar Alonso. Sus dibujos, aunque sencillos, contienen una fuerte carga reflexiva que hacen las veces de ese pequeño impulso que todos necesitamos en ocasiones para continuar.
Aunque Óscar no se considera un artista, no existen muchos calificativos tan adecuados para definir a alguien con la capacidad de dar tan de lleno en las emociones humanas. De hecho, sus ilustraciones le han llevado a conseguir más de 1,7 millones de seguidores en todo el mundo a través de 72kilos, su cuenta de Instagram.
Casi 2 millones de seguidores que aplauden su trabajo diario, y que nosotros tenemos el placer de compartir con vosotros a continuación.
Después de realizar su jornada como creativo publicitario, el ilustrador dedica una hora y media diaria a crear sus maravillosos y reflexivos diseños. Un tiempo que obtiene a cambio de horas de sueño. Todo ello, sin contar con que también es padre.
Sin embargo, Óscar se obliga a publicar diariamente, pues confiesa que mantiene un fuerte compromiso del que le gusta sentir la presión. Esto también le lleva a lidiar diariamente con el estancamiento, al que hace frente apuntando todas aquellas reflexiones por las que se ve inspirado en su día a día.
Su nombre, el cual podemos ver tanto en sus redes sociales como en su página web, hace referencia al peso que se propuso perder. El reto consistía en perder 20 kg en un año, pasando de pesar 92 a 72 kg. Por aquel entonces, ya conectaba con la gente al compartir todas sus vivencias.
Sin embargo, esta aventura fue creciendo, alimentándola con otros temas y vivencias personales, tales como vivir una relación a distancia. Muy pronto, sus seguidores empezaron a empatizar con él y a multiplicarse exponencialmente.
Aunque humilde por naturaleza, de lo que sí se siente orgulloso el ilustrador bilbaíno es de poder ayudar a tanta gente con un simple «dibujito de 21×21 cm«. Pronto se percató de que a todos nos pasan las mismas cosas, que todos somos humanos y que la vida prosigue tras el fracaso.
Los dibujos de 72 kilos acostumbran a ser ese empujón todos podemos llegar a necesitar en un momento puntual. También son aquella reflexión que nos llega por casualidad, que hace que las cosas de repente tengan sentido. Dibujos que, sin duda, tienen la capacidad de despertar humor, que son un bálsamo terapeútico cargado de honestidad, sin caer en la cursilería.
Sus publicaciones se han vuelto tan populares que ha tenido que tomárselo como una especie de segundo trabajo. Sin embargo, aunque le va muy bien, Óscar Alonso no lo ha dejado todo por este mundo. El artista publica una viñeta al día, ha sacado un libro y realiza también viñetas especiales para determinadas campañas, acude a eventos y, además, siempre saca tiempo para compartir dibujos que realiza con sus hijos.
Sin embargo, ha confesado que cada vez es más complicado compaginarlo todo. «De momento, sigo trabajando en una agencia de publicidad, pero lo cierto es que cada vez es más complicado compaginar ambas cosas. Duermo poco pues tengo que dibujar por las noches, pero bueno, estamos estudiando todas las opciones para ver qué hacemos finalmente«, expresa Alonso.
Puede que la clave de su enorme y más que merecido éxito resida, precisamente, en que no suele ser consciente de la cantidad de seguidores que tiene y que no siente la presión de hacer algo que guste. Él dibuja lo que siente y lo que piensa, y tiene el don de expresar casi cualquier cosa con solo un puñado de palabras.
Si os ha gustado el trabajo de Óscar Alonso, podéis seguirle a través de su página web, en Twitter o bien sumaros a los más de 1,7 millones de Instagram.