La bonita historia de los abuelos que pasaron la cuarentena pidiendo tablas a sus vecinos

Publicado 30 junio, 2020 por Alberto Díaz - Pinto
Abuelos-cuarentena
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La pandemia y el confinamiento han dejado historias que siempre quedarán en nuestro recuerdo. Hoy, sin embargo, queríamos hacernos eco concretamente de una que nos ha llegado hasta el corazón. Una historia enternecedora que intrínsecamente está plagada de valores.

Y es que, mientras que unos han dedicado su confinamiento a hacer dulces, o practicar deporte, unos abuelos de Culleredo, en La Coruña, decidieron emprender un proyecto maravilloso, que no ha tardado en hacerse viral.

La crisis sanitaria hizo que Ricardo Remuiñán, de 80 años de edad, y Mercedes del Toro, con 74 recién cumplidos, tuvieran que aislarse completamente de su familia, al pertenecer al grupo de personas de riesgo. Sin embargo, nunca dejaron de imaginar cómo sería el reencuentro con sus nietas. Movidos por este sentimiento, se pusieron manos a la obra:

Ricardo y Mercedes construyeron una mini casa de ensueño para sus nietas durante el confinamiento

Al parecer Ricardo es una persona bastante inquieta, por lo que siempre está buscando proyectos nuevos. Eso, unido a las incontrolables ganas de sorprender a queridas nietas en su reencuentro, le movieron a comenzar semejante proeza. Además, el año pasado ya les habían construido una casita construida con una lona y les había encantado.

Mientras Mercedes buscaba en Internet cómo construir casitas de madera, Ricardo se encargaba de recopilar materiales. Por suerte, es todo un manitas, por lo que ya disponía de buena parte del suministro que necesitaban.

Mientras Ricardo montaba la estructura de la casa y hacía otras cosas, Mercedes empapelaba las paredes, se encargaba de decorarla e ir implementando detalles del interior. Tras poco más de 50 años de matrimonio, se nota que la pareja sigue haciendo un equipo perfecto. Después de todo, han creado esta maravillosa casa en un tiempo récord.

Pero no penséis que se trata de una simple casita. Más bien es un templo de juegos encantador, con su propia verja y jardín, salpicada de todo lujo de detalles, tanto por fuera como por dentro. Además, salta a la vista que ha sido construida con el máximo cariño.

Un reencuentro lleno de sorpresas

Las nietas descubrieron su regalo el pasado 21 de junio, cuando fueron por fin a visitar a sus abuelos tras el largo confinamiento. «El día anterior aún estuve ultimando los últimos detalles«, confiesa Ricardo. «Se quedaron sorprendidísimas. No se lo esperaban para nada. Estaban que no se lo creían y que eso era para ellas«, relata. Solo tenéis que ver cuán grande fue la sorpresa que acompañaba al emotivo reencuentro:

Las caras de felicidad de las pequeñas lo dicen todo, ¿no creéis?

La historia ha sido compartida por Israel Remuiñán, otro de los nietos más mayores de Ricardo y Mercedes, a través de un hilo de Twitter. Su relato no solo nos ha robado el corazón a nosotros, si no a toda la comunidad, acuñando miles de likes y compartidos.

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