Esta cabaña circular flota sobre el río Lule, uno de los más grandes y turísticos de Suecia. Con sus troncos de madera en el tejado, el edificio parece un nido, y en cierta forma lo es. Un nido de lujo. Arctic Bath acaba de abrir sus puertas, y es un hotel y spa con vistas inmejorables al río y su entorno natural.
Diseñado por los arquitectos Bertil Harström y Johan Karuppi, el complejo está pensado para sumergir a los visitantes en la naturaleza reduciendo al mínimo impacto artificial (una filosofía que comparten muchos hoteles de lujo que apuestan por el turismo natural). En su interior, salas de spa, saunas y baños termales con vistas al río, que en invierno está congelado. Las habitaciones se encuentran en cabañas fuera del edificio central.
Tres habitaciones dobles de 24 metros cuadrados flotan junto al «nido», mientras que el resto, más amplias, están situadas en la orilla. Estas cabañas con capacidad para cinco personas (o privadas para dos personas) han sido diseñadas por AnnKathrin Lundqvist, y cuentan con dos pisos conectados por una escalera de caracol y una pared de cristal con vistas privilegiadas a la aurora boreal en invierno (o al sol de medianoche en verano).
Los afortunados visitantes de este complejo pueden disfrutar de un completo tratamiento de relajación y belleza, degustar platos tradicionales escandinavos en el restaurante y reservar todo tipo de actividades, como esquí, pesca en el hielo o salidas para observar osos pardos.
Sin duda, las habitaciones flotantes del Arctic Bath (ya floten en el agua o en el hielo) no desentonarían en la lista de las habitaciones de hotel más raras del mundo…
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