Los alimentos transgénicos son algo que está en boca de todos desde hace algún tiempo. Por cada defensor de este tipo de productos existe otro que es un detractor. Por su puesto, cada uno es libre de pensar como quiera, pero siempre es bueno tener toda la información posible.
La verdad es que consumimos a diario muchos productos que creemos completamente naturales pero distan mucho de su verdadero aspecto, u otros que, en contra de lo que pensamos, llevan menos tiempo entre nosotros que algunos youtubers. ¿Podríamos llamarlos transgénicos? tal vez tanto no, pero que han sido modificados por la mano del ser humano es algo innegable.
Hoy os vamos a enseñar algunas fotos curiosas de vegetales para que veáis cómo son -o fueron- en realidad y lo mucho que se aleja su aspecto de lo que llega a nuestros platos. Unos casos bastante curiosos que nos muestran que a veces, lo que creemos que es 100% natural, no lo es tanto.
Sandías
Esta pintura pertenece a Giovanni Stanchi, en el siglo XVII. Como podéis ver, la sandía dista bastante de las actuales sandías rojas y carnosas sin pepitas.
Berenjenas
Existen varias especies de berenjenas y a lo largo de la historia las ha habido de muchos colores y formas distintas. Azules, blancas, amarillas y, las que usamos hoy en día, moradas. Originalmente tenían una serie de espinas muy afiladas en el tallo, pero con el cultivo selectivo esta característica ha ido desapareciendo hasta hoy y además son cada vez más grandes.
Zanahorias.
A nadie pilla de improviso que digamos que las zanahorias son raíces. Al igual que la berenjena, existen de muchos colores diferentes, pero jamás veremos en el mercado una como la de la foto. Originalmente solo eran moradas y con una forma bastante fea. Pero el cultivo selectivo de los agricultores consiguió la variedad que consumimos habitualmente.
Maíz
Si, esto que ves aquí arriba es un mazorca. Eso si, una mazorca del año 7.000 A.C. El aspecto que tenía este cereal se diferencia mucho del que conocemos actualmente, además, su sabor era mucho más salado. La forma actual empezó a originarse en el siglo XV cuando los colonos se ocuparon de este cultivo.
Fresas (o frutillas)
Las fresas han tenido este aspecto siempre, pero es que ese «siempre» no va más allá de 200 años, al menos la variedad que comemos ahora que procede del fresón chileno. Ya en el siglo XVIII un francés al servicio de Luis XIV, Amedée-François Frézier, llevó a Francia varios ejemplares del fresón chileno; hubo quien dijo que el nombre de «fresa» deriva de este ingeniero francés. Una vez en Francia, ambas variedades, chilena y virginiana, acabaron por originar un híbrido conocido como fresa ananás (Fragaria ananassa), que es el fresón, frutilla o fresa que consumimos hoy mayoritariamente.
Plátanos
¿No te resultaba un poco extraño que los plátanos no tuvieran semillas? Pues todo esto tiene una explicación. Normalmente los vegetales tienen un número par de copias de su genóma. Pueden ser 2, 4 ó 20, en el caso de las bananas sin semillas tienen 3 copias, número impar. La naturaleza es tan sabia, que al ver esta anomalía genética decide que la planta no debería reproducirse y por ello crea sus frutos sin semillas.
Melocotón
Los primeros melocotones se cultivaron hace 6.000 años y eran más parecidos a cerezas. Miles de años de cultivos selectivos han dado lugar a los actuales melocotones, 16 veces más grandes que sus antepasados y más dulces.
Como veis, no todo lo que comemos es tan natural como nos creemos, pero eso no quiere decir que no sean saludables.
