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Ayudó a una anciana a cambiar la rueda de su coche y el favor le fue devuelto de forma inesperada

Existe un concepto que intenta mejorar el mundo llamado «cadena de favores». Esta expresión se popularizó a principios del siglo XXI debido a una película y un libro del mismo nombre.

La cadena de favores es un acto de bondad altruista. Trata de que si a ti te hacen un favor, tu devolverás esa ayuda realizando una obra similar en otra persona.

Si todos ayudáramos a los demás cuando lo necesitan, sin esperar nada a cambio, el mundo sería un lugar mucho mejor. El mejor ejemplo lo tenemos en la siguiente historia que vamos a relataros.

Una anciana se encontraba en medio de un camino con una rueda pinchada. Debido a su avanzada edad no podía cambiar la rueda, por lo que estaba sentada dentro del vehículo

Un joven que pasan por allí paró y ofreció su ayuda a la mujer

El chico entonces desmontó la rueda y la cambió por la de repuesto

La mujer dio las gracias al joven y se ofreció a pagarle por su trabajo. Pero el chico se negó y le dijo: «tan solo acuérdese de mí cuando vea a alguien que necesita ayuda. Recuerde, me llamo Bryan Anderson y la forma de pagarme es ayudar a otros»

La mujer se montó en su vehículo y se dirigió a una cafetería

Allí fue atendida por una camarera sonriente. La mujer se encontraba en  un avanzado estado de gestación, pero aún así su trato era impecable

Pidió un café y pagó con un billete de 100$. Cuando la camarera se fue a buscar el cambio, la anciana rápidamente salió del bar y dejó una servilleta con un mensaje: «un hombre me ayudó hoy sin pedir nada a cambio y ahora te estoy ayudando yo a ti». Dentro de la servilleta había 400$

La camarera se quedó asombrada. En poco más de un mes su niño nacería y las facturas del médico serían muy caras. Cuando llegó a su casa le dijo a su  marido: «Bryan, no te vas a creer lo que me ha pasado hoy…»

Como ya os imaginaréis su marido era Bryan Anderson, el mismo Bryan que horas antes había ayudado a la anciana de forma altruista. Lo cierto es que no sabemos si esta historia es totalmente cierta, pero el mundo sería un lugar mucho más agradable si así lo fuese.

Fuente: Fishki, artículo por La Voz del Muro

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