El Cordyceps, el parásito que transforma a los insectos en zombies con ramas

Publicado 16 diciembre, 2019 por Javier Escribano
cordycpes
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El caso del Cordyceps es un ejemplo perfecto de lo compleja que puede llegar a ser la naturaleza: fascinante, bella y aterradora al mismo tiempo. Imaginad que empezarais a notar síntomas físicos, fiebres, mareos, sarpullidos, que poco a poco van nublando vuestro juicio. Estáis infectados con un virus incurable y altamente contagioso. Acabáis perdiendo la cabeza, y en un estado de semi inconsciencia, os iréis a una zona concurrida justo antes de morir, con la intención de contagiar a todo el que pilléis por el camino. Si no es suficiente con eso, de vuestro cuerpo saldrán unas deformidades y protuberancias que os dejarán completamente irreconocible, y emitiréis unas esporas letales que se propagarán sin freno.

Pues bien, algo parecido es lo que sucede con los insectos que son infectados por los hongos del género Cordyceps. Se han descrito unas 400 especies de este hongo parásito que afecta principalmente a insectos y otros artrópodos (como arañas), en muchos casos alterando su comportamiento para garantizar la mayor expansión del virus. Sin duda, lo más llamativo es que el micelio del hongo (su cuerpo compuesto por filamentos) invade el cuerpo del insecto y brota en formas de cilindros ramificados. Una imagen, como podéis ver en las siguientes imágenes, hermosa y aterradora al mismo tiempo.

El hongo que infecta el cuerpo y la mente

Este fragmento de la prestigiosa serie documental de la BBC escenifica esta escena de pesadilla (al menos, para las hormigas), en la que el parásito altera el comportamiento del huésped, llevándole a quitarse la vida. Por ejemplo, la hormiga infectada subirá hacia lo más alto de la planta para maximizar el radio de dispersión de las esporas al morir.

Lo mismo le ocurre a esta mosca, infectada por otro hongo, Entomophthora muscae, que al ser infectada subirá hasta el sitio más alto que encuentre, y antes de morir extenderá sus alas para aumentar la dispersión de las esporas.

El hongo Cordyceps, inspiración de The Last of Us

Como podemos ver, este hongo poco tiene que envidiar a las invasiones zombies imaginadas por George A. Romero en el cine y la literatura. De hecho, y juzgando por la espectacularidad de las imágenes, diríamos que la ficción se queda corta. Pero, ¿qué pasaría si una especie de Cordyceps afectara a los seres humanos? Esta fue la semilla (y concretamente, el «hay un Cordyceps que afecta a cada especie de insecto» del vídeo de Attenborough) que germinó en el argumento del famoso videojuego de 2013 The Last of Us. En este, una plaga de hongos parásitos ha diezmado la población de Estados Unidos. El aspecto de los infectados, terriblemente deformados, está inspirado en estos insectos.

Afortunadamente, no hay ninguna especie de hongo que sea capaz de afectar de esta forma a los seres humanos (ni a ningún vertebrado, dicho sea de paso). De hecho, una especie concreta, el Cordyceps sinensis, que crece en las montañas del Tíbet, es muy codiciada en Asia por sus espectaculares cualidades curativas, que incluyen reducción de tumores, estimulación del sistema inmunitario, mejores de las funciones cardiacas y renales, ralentización del envejecimiento, estimulación de la actividad sexual y reducción de fatiga (hasta el punto de estar vetado por los sistemas antidopaje).

Por otro lado, los expertos están de acuerdo en que la acción del hongo es beneficiosa para el ecosistema, pues evita que se den casos de superpoblación. Cuanto más numerosa sea una especie de insecto, más fuerte será el hongo que las mantenga a raya. De hecho, muchos científicos trabajan en utilizar estos hongos como controladores naturales de la población, evitando así utilizar pesticidas y otros productos contaminantes.

 

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