Antes o después, todos los padres tenemos que enseñar a nuestros hijos a utilizar el orinal, diciendo «adiós» a los pañales definitivamente. Algo que, por supuesto, los niños acaban asumiendo, pero a veces puede costar más trabajo del que cabía pensar. Y es que después de estar haciéndolo durante años, lo más lógico es pensar que hemos conseguido encontrar el modo perfecto, pero no. Existen muchas recomendaciones y distintos métodos, pero al final ninguno termina siendo exacto, porque todo dependerá de cuando el niño esté preparado y de cómo vaya reaccionando al proceso.
Según el sitio web Ser Padres, «neurológicamente los niños suelen estar preparados para dejar el pañal entre los dos y los tres años de edad, algunos incluso antes, y otros después. Normalmente pueden controlar la caca hacia los dos años, el pipí diurno entre los dos años y medio y los tres años, y el pis nocturno puede tardar un poco más«.
De acuerdo con Lora Jensen, autora del libro 3 Day Potty Training, la clave podría residir en el método que vamos a mostraros a continuación, que promete ser efectivo en tan solo 3 días, a tiempo completo eso sí, solo cuando el niño esté preparado y no lo hagamos de manera impositiva. Veamos en qué consiste:
Al igual que existen varios métodos con diversidad de opiniones para conseguir que nuestros hijos se duerman, también existen otras alternativas para enseñarles a hacer sus necesidades sin necesidad de pañales. Si no os convence el método de Lora Jensen, basado en un entrenamiento con estrictas reglas a seguir y limitado en el tiempo, siempre podéis utilizar esta otra metodología inspirada en las enseñanzas de Montessori, de la mano de la autora y experta en la materia Sarah Moudry.
Llamado Toilet Awareness, este método tiene que ver con que el niño adquiera conciencia sobre las funciones de su propio cuerpo y empiece a comprender sus necesidades, sin tener que enseñarle un recipiente vacío que tendrá que cargar de contenido. Se trata de guiar al niño en el proceso de aprendizaje hasta que esté listo para ser completamente independiente, del mismo modo que cuando se les enseña a comer o a vestirse solo. En este caso, eso se consigue dándole la oportunidad constante de acceder a un baño, y que tenga todo lo que necesita a mano.
Fisiológicamente, los niños no están listos para controlar sus esfínteres hasta que empiezan a caminar, siendo una de las señales que indican que sus músculos ya están preparados. Por eso suele decirse que existe un «período sensible» entre los 12 y los 18 meses -la edad en que la mayoría dan sus primeros pasos- para empezar con el método, ya que se cree que es una buena idea aprovechar esta oportunidad para que ellos sepan cuál es nuestra expectativa con respecto al uso del baño.
La experta Sarah Moudry cuenta que empezó a exponer a sus hijos al inodoro entre las 6 y 10 semanas de vida. Cada vez que les cambiaba el pañal, antes de ponerle el seco llevaba al bebé encima del inodoro. Esto lo hacía para que el niño, desde bien pequeño, pudiera hacer la conexión psicológica entre el pañal y el inodoro. De este modo irá comprendiendo inconscientemente que están relacionados, ya que si bien el adulto entiende que el niño no está preparado para hacerlo independientemente todavía -por eso ofrece un pañal seco-, le seguirá brindando siempre esa oportunidad, para que cuando el niño esté preparado fisiológicamente sepa qué hacer. De este modo, la rutina y la constancia se establecen casi desde el nacimiento. En su caso, 2 de sus 3 hijos eran completamente independientes a los 18 meses.
Ahora está en vosotros determinar qué método es el mejor para que vuestros hijos aprendan a ir al baño solitos. ¿Cuál de las dos opciones os han parecido mejor y por qué? Si habéis pasado por este proceso, animaros a contarnos cómo fue vuestra experiencia, ya que seguro que muchos padres van a agradecéroslo.
Vía: Wimp
Fuente: Ser Padres, parenting, The Studio June
Este artículo fue modificado el 21 julio, 2019 8:01 pm