Una fobia es un miedo irracional a algo que es poco probable que cause daño. La palabra en sí proviene de la palabra griega phobos , que significa miedo u horror. Así, por ejemplo, la hidrofobia se traduce literalmente como miedo al agua.
Cuando alguien tiene una fobia, experimenta un miedo intenso a un determinado objeto o situación. Las fobias son diferentes a los miedos habituales porque causan una angustia significativa, posiblemente interfiriendo con la vida en el hogar, el trabajo o la escuela.
Por tanto, las personas con fobias evitan a toda costa el objeto, animal o situación fóbica, o la soportan con un miedo o ansiedad intensos. Así pues, las fobias son un tipo de trastorno de ansiedad, algo bastante común en una persona adulta. De hecho, se estima que afectan a más del 30 por ciento de los adultos en algún momento de su vidas.
Hoy veremos las fobias más comunes de todas, empezando por las más personas experimentan a lo largo de su vida. ¿Y tú, a qué temes más?
Fobias sociales – Trastorno de ansiedad social
Las fobias sociales son el tipo de miedo más común, seguido por la agorafobia. En muchos casos, estas fobias pueden volverse tan graves que las personas evitan eventos, lugares y personas que pueden desencadenar en un ataque de ansiedad.
Las personas con esta fobia temen ser observadas o humilladas frente a otras personas. Incluso las tareas cotidianas, como comer, pueden provocar ansiedad. A menudo, las fobias sociales se desarrollan durante la pubertad y pueden durar toda la vida si no se tratan.
Hasta 1 de cada 20 personas tiene fobia social, siendo la forma más común el miedo a hablar en público.
Agorafobia: miedo a los espacios abiertos
Si bien generalmente se entiende que es un miedo a los espacios abiertos, la agorafobia es un miedo mucho más complejo. Se trata de un trastorno de ansiedad grave, que puede atrapar a las personas en sus hogares o hacer que llevar una vida normal sea casi imposible.
Este tipo de fobia puede incluir el miedo a las áreas abarrotadas, los espacios abiertos o las situaciones que puedan desencadenar un ataque de pánico.
Ahora pasemos a ver cuáles son las fobias específicas más comunes, es decir, el miedo irracional a una cosa determinada:
Aracnofobia: miedo a las arañas
La aracnofobia es el miedo a las arañas y otros arácnidos. La visión de una araña puede desencadenar una respuesta de miedo. Sin embargo, en algunos casos simplemente la imagen de un arácnido, o el pensamiento de una araña, puede provocar sentimientos de miedo y pánico abrumadores.
Entonces, ¿por qué hay tanta gente tiene miedo a las arañas? Si bien se estima que hay 35.000 especies diferentes de arañas, en realidad solo una docena representan algún tipo de amenaza real para los humanos.
Una de las explicaciones más comunes para esta y otras fobias animales similares es que estas criaturas, alguna vez, representaron una amenaza considerable para nuestros antepasados, quienes carecían de los conocimientos médicos y las herramientas tecnológicas para abordar las lesiones de animales e insectos. Como resultado, la evolución contribuyó a la predisposición a temer a estas criaturas.
Ofidiofobia: miedo a las serpientes
Esta fobia es bastante común y a menudo se atribuye, como ocurría con las arañas, a causas evolutivas, experiencias personales o influencias culturales.
Lo bueno de las serpientes es que si las dejas en paz, ellas también te dejarán en paz.
Acrofobia: miedo a las alturas
Este miedo afecta a más del 6% de la población y puede provocar ataques de pánico y ansiedad. Las personas que padecen esta fobia pueden hacer todo lo posible para evitar lugares altos como puentes, torres o edificios altos.
Si bien en algunos casos el miedo a las alturas puede ser el resultado de una experiencia traumática, el pensamiento actual sugiere que se desarrolla cuando una persona que tiende a pensar mucho en un peligro potencial. Así, cuanto más se incida en esos pensamientos, más miedo sentirá, incluso si no está presente la situación de altura o desnivel.
Aerofobia: miedo a volar
Aproximadamente 1 de cada 3 personas tiene algún tipo de miedo a volar. Algunos de los síntomas comunes asociados con esta fobia incluyen temblores, latidos cardíacos rápidos y sensación de desorientación.
Sin embargo, con más de 100.000 vuelos comerciales diarios, las posibilidades de ser alcanzado por un rayo son mayores que las de morir en un accidente aéreo.
El miedo a volar a veces hace que las personas eviten volar por completo. A menudo se trata con terapia de exposición.
Cinofobia: miedo a los perros
El miedo a los perros es una fobia común y a menudo se asocia con experiencias personales específicas, como ser mordido por un perro durante la infancia. Tales eventos pueden ser bastante traumáticos y pueden provocar respuestas de miedo que duran hasta la edad adulta.
Esta fobia no es solo una aprehensión normal hacia canes desconocidos. Es un miedo irracional y excesivo que puede tener un impacto grave en la vida y el funcionamiento de una persona.
Por ejemplo, una persona con cinofobia puede sentirse incapaz de caminar por una calle determinada, porque sabe que hay un perro viviendo en ese vecindario. Esta evasión puede afectar a llevar una vida normal, dificultando el acceso al trabajo, la escuela u otros eventos fuera del hogar.
Astrafobia: miedo a los truenos, relámpagos y tempestades
Las personas con esta fobia experimentan abrumadores sentimientos de miedo cuando se encuentran con fenómenos relacionados con el clima. Los síntomas de la astrafobia suelen ser similares a los de otras fobias e incluyen temblores, frecuencia cardíaca rápida y aumento de la respiración.
En algunos casos, esta fobia puede incluso conducir a la agorafobia, cuando las personas tienen tanto miedo de encontrar con rayos o truenos que no pueden salir de sus hogares.
Tripanofobia: miedo a las agujas
La tripanofobia es el miedo a las inyecciones, y las estimaciones sugieren que entre el 20% y el 30% de los adultos se ven afectados por este tipo de fobia.
Debido a que estos síntomas pueden ser muy angustiantes, las personas con esta fobia a veces evitan a los médicos, dentistas y otros profesionales médicos, incluso cuando tienen algún tipo de dolencia física o dental que necesita atención.
Pero las agujas generalmente valen la pena, ya sea administrando vacunas, donando sangre o ayudando a investigar una enfermedad potencial, incluso para hacerse un tatuaje.
Misofobia: miedo a los gérmenes y la suciedad
La misofobia, o el miedo excesivo a los gérmenes y la suciedad, puede llevar a las personas a realizar limpiezas extremas, lavarse las manos compulsivamente e incluso evitar cosas o situaciones que se perciben como «sucias». En algunos casos, esta fobia puede estar relacionada con el trastorno obsesivo compulsivo.
Esta fobia común también puede provocar que las personas eviten el contacto físico con otras personas por temor a la contaminación, el uso excesivo de desinfectantes y una preocupación constante por los informes de los medios sobre brotes de enfermedades.
¿Cómo tratar una fobia?
Las fobias se tratan con una combinación de terapia y medicamentos. Sin duda, lo mejor en estos casos es programar una cita con un psicólogo o un profesional de salud mental cualificado.
El tratamiento más eficaz para tratar las fobias específicas es un tipo de psicoterapia llamada terapia de exposición. En ella, trabajaremos con un psicólogo para aprender cómo desensibilizarse al objeto o situación que tememos, para controlar nuestras reacciones.
El objetivo es mejorar la calidad de vida de la persona, para que ya no se vea obstaculizado ni angustiado por su miedo.
