Si de adulto compras la misma videoconsola que tenías de pequeño, comes gusanitos, compras una muñeca, vuelves a montar en bici o juegas a los Pokemon estás contribuyendo a generar ejemplos que son explicados según la nostalgia. La misma palabra que pone nombre a la sensación de casi enfermedad que sufrimos cuando nos separamos por largos periodos de tiempo del lugar donde hemos crecido.
Aunque al principio la nostalgia se consideraba como un mal, hoy es tratado casi como lo opuesto. La palabra fue puesta en circulación por Johannes Hofer, un estudiante de medicina del siglo XVII que observó que los mercenarios suizos que luchaban en el extranjero sufrían una patología que les hacía tener fatiga, insomnio, latidos del corazón irregulares, indigestión e incluso fiebres altas. Sin embargo nada tenía que ver con un alteración física, sino que era todo mental.
Del griego, NOSTOS (regreso a casa) y ALGOS (dolor o anhelo) nombró así a lo que hoy entendemos por nostalgia, esa sensación interior que hace que compremos chucherías, desempolvemos trastos del garaje, escribamos a nuestra ex pareja o compremos impulsivamente un billete de vuelo para casa.
Si has dejado atrás la veintena y has comprado una espada láser de Star Wars o la última consola vintage de Nintendo, no te preocupes. No es nada malo, es solo tu nostalgia actuando y la publicidad aprovechándolo. Hoy es una sensación conmovedora que puede proporcionar cosas agradables, debido a ese anhelo por el pasado.
La nostalgia nos recuerda que nuestras vidas tienen sentido y valor. Y puede ayudarnos también a encontrar confianza y motivación.
Fuente: Wikipedia, 9GAG.TV
Este artículo fue modificado el 28 julio, 2018 8:36 am