No todos tenemos los mismos intereses en la vida. Cuando hablamos de nuestros sueños, lo más seguro es que nunca escuches uno igual al tuyo. Sin embargo, podemos asegurar que la mayoría de las personas en el mundo tienen un deseo similar: ganar la lotería para no volver a trabajar.
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Cuando alguien tiene la suerte de ganarse el premio mayor o uno de los premios secundarios, podríamos pensar que en ese momento se sienten como los más afortunados y brincan de felicidad. Sin embargo, hay quienes son más tímidos, inseguros o que piensan con la cabeza fría el cómo esto cambiaría sus vidas. Esta segunda categoría prefiere que sus nombres se mantengan en el anonimato o incluso rechazan las ceremonias de premiación.
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Según información de Daily Loud, cuando el hombre supo que había comprado el boleto ganador por el premio de 30 millones de dólares no lo podía creer. Eso sí, decidió dejar su felicidad a un lado e idear una estrategia para ocultarse.
El hombre llegó a una tienda de disfraces cercana y alquiló una botarga de espuma con forma de pajarito amarillo. De esta forma su rostro y cuerpo se mantendrían en el anonimato ante el flash de las cámaras.
El sujeto declaró ante los empleados que la razón por la que eligió ocultarse era para que su familia no se enterara de lo sucedido y de la cantidad tan grande de dinero que había ganado. Cuando fue consultado sobre eso, reveló que no quería que su esposa y sus hijos se convirtieran en “vagos” como resultado de su estatus como multimillonario.
No entregó detalles sobre cómo hará para ocultarle esa fortuna a su familia, pero lo que está claro es que no dejará su trabajo ni tampoco se dará los lujos que suelen darse los ganadores de estos premios a lo largo y ancho del mundo.