Curiosa, valiente y adelantada su tiempo. Así era Violette Morris, una heroína del mundo del deporte francés que, sin embargo, murió condenada por traicionar a la patria.
Nació el 18 de abril de 1893 en París, como única hija menor de seis hermanos. Violette había sido una hija muy deseada pero pronto quedó patente que su cuerpo y su mente no comulgaban, y por ello fue enviada a un convento en cuanto llegó la adolescencia.
Comenzó conduciendo la ambulancia y atendiendo a los heridos en la Batalla de Somme y en Verdún. Era una mujer fuerte y en el ejercitó aprovechó para entrenarse, convirtiéndose en la primera mujer francesa en competir en lanzamiento de disco.
Destacó en ciclismo de carretera, motociclismo (primera mujer), automovilismo, hípica, tenis, tiro con arco, buceo, levantamiento de pesas, boxeo y lucha libre greco-romana.
Su lema era: Ce qu’un homme fait, Violette peut le faire! – ¡Cualquier cosa que un hombre pueda hacer, Violette puede hacerlo!
Violette llevaba una doble vida. Era una excelente deportista femenina pero habituaba a salir de juerga casi todos los días, bebía y fumaba hasta 3 paquetes de tabaco al día.
Entre rumores de una vida disoluta y amoral, la Federación Femenina Francesa de Atletismo decidió denegarle la renovación de su licencia deportiva en 1928, algo que la excluyó de facto de los Juegos Olímpicos de Verano.
En 1922, ganó la carrera París-Pirineos París en la categoría 750 cc. Un año más tarde volvió a triunfar en este evento y también subió al podio en la carrera París-Niza. Ganó el Gran Prix de San Sebastián en 1926 y un año más tarde ganó el Bol d’Or en las 24 horas de París al volante de un BNC. En 1934 ganó el Rally de los Dolomitas.
En aquella época, el vehículo no debía exceder los 400 kg de peso y toda la maquinaría estaba muy comprimida.
Quizás por ello se dejó seducir en 1935 por las promesas del Sicherheitsdienst, el ala de inteligencia de SS Nazi. Invitada por el propio Hitler a los Juegos Olímpicos de Berlín, honor que Francia le había negado, Violtette entregó a Alemania planos del tanque francés -Somua S35-, e informó de los lugares estratégicos para la toma de París. Por ello, fue juzgada y condenada a muerte como traidora a la patria, siendo asesinada durante una emboscada en una camino rural a la edad de 51 años. Su cuerpo, nunca fue reclamado.
Este artículo fue modificado el 28 julio, 2018 8:51 am