En otras ocasiones os hemos enseñado lugares curiosos, sitios abandonados y destinos turísticos. Esta vez vamos a hablar de uno de los 25 destinos más valorados a nivel mundial por los turistas. No es precisamente uno de los destinos que más se prestan para tener el mejor selfie, pero sí está considerado como el lugar subterráneo más hermoso del mundo.
La Salina Turda
A las afueras de la ciudad rumana de Turda, en Transilvania, existe una mina de sal conocida como La Salina Turda, que fue explotada sin interrupción entre 1075 y 1932. Desde el año 1992 se ha convertido en un destino turístico muy popular, atrayendo desde entonces a más de dos millones de personas con las fotos que circulan por internet.
La Salina Turda. Fuente: depositphotos
La mina se formó hace unos 13 millones de años. Existe constancia de que para los romanos fue una de las principales minas de sal de todo el Imperio.
Máquina de extracción. Fuente: depositphotos
Durante la Edad Media, tener el control de esta mina suponía una poderosa arma económica para Turda. Sin embargo, en 184o la producción disminuyó y la calidad de la sal era cada vez peor.
Túnel del interior de la mina. Fuente: depositphotos
Esta mina sirvió como refugio contra las bombas durante la Segunda Guerra Mundial y también se habilitó para curar quesos.
En casi mil años de extracción de sal en la mina, nunca se han utilizado explosivos. Por eso, la mina se ha convertido en el ecosistema artificial que a día de hoy visitan miles y miles de turistas.
Cuando la mina se volvió a abrir, esta vez como destino turístico, Turda vivió un auge en su economía, lo que derivó en una remodelación de la mina en 2008, creando la simbiosis perfecta entre la naturaleza de la mina y la arquitectura futurista.
El puente que lleva al parque temático subterráneo. Fuente: depositphotos
El tour comienza por una entrada que se asemeja a un platillo volante.
Para descender al interior de la mina existe tanto un ascensor panorámico como unas escaleras.
La mina Rudolf. Fuente: depositphotos
A pesar de los cambios, se conservan los sistemas de explotación para poder apreciar lo rudimentarios que eran. Durante la visita se explican los procedimientos y herramientas que empleaban.
Un antiguo vagón con bloques de sal. Fuente: depositphotos
Antiguo sistema de electricidad de la mina. Fuente: depositphotos
Las salas, que tienen nombres de reyes y reinas, son tan grandes que recuerdan a catedrales. Desde su remodelación, la temperatura interior permanece constante entre 10 y 12 ºC.
Una de las galerías más impresionantes durante la visita es la Crivac, habitaciones ortogonales compuestas por maquinaria rudimentaria que se encargaban de elevar las rocas de sal a la superficie.
La sala Crivac, en la Salina Turda. Fuente: depositphotos
Durante la visita podemos observar estructuras y objetos que han quedado totalmente cubiertos por la sal con el paso de los años.
La sal cubriendo estructuras de madera. Fuente: depositphotos
La sal cubriendo estructuras de madera. Fuente: depositphotos
Viendo estas impresionantes imágenes no nos cabe duda de por qué es uno de los destinos turísticos que más llaman la atención como visita poco convencional.
Lago subterráneo en la mina. Fuente: depositphotos
Pero no se trata de una simple mina por la que pasear mientras nos explican su historia y funcionamiento. Actualmente la noria es de las partes más visitas dentro de la mina.
Atracción de la noria dentro de la mina. Fuente: larumania.es
También cuenta con un centro de haloterapia y spa y como algunos tratamientos requieren largas sesiones, se han instalado mesas de ping pong, mesas de billar, bolos, minigolf y hasta un pequeño campo de fútbol de hierba sintética y un lago.
Mesas de billar en el interior de la mina, junto a las pistas de minigolf. Fuente: depositphotos
Vista aérea del parque temático que hay en el interior de la salina. Fuente: depositphotos
Turistas en el lago y parque temático de la mina. De Cristian Bortes – Wikipedia