Las futuras mamás deberán añadir un paquete de chicles a su bolsa de hospital para afrontar la recuperación postparto de forma exitosa, sobre todo si éste se produce por cesárea.
Según un reciente estudio publicado por la Universidad Thomas Jefferson de Philadelphia, masticar chicle tres veces al día durante 30 minutos tras dar a luz, ayudaría a reactivar las funciones gastrointestinales con normalidad. En la mujeres operadas de cesárea, evitaría también el desarrollo del temido íleo paralítico postoperatorio.
«Desde nauseas, dolor abdominal, hinchazón o inflamación abdominal, el íleo paralítico postoperatorio puede alargar la recuperación de las mujeres operadas por cesárea y cualquier paciente intervenido en la cavidad abdominal«, explica el doctor Berghella a Live Science.
Aunque el íleo paralítico postoperatorio remitiría tras 4 o 5 días de tratamiento farmacológico y supervisión médica, el simple hecho de comer chicle puede prevenirlo.
La goma de mascar puede engañar al cuerpo haciendo creer que estamos comiendo, aumentando la salivación en boca y enviado señales para que el intestino se relaje y reactive.
Aquellas que mascaron chicle experimentaron su primeras flatulencias -señal inequívoca de la reactivación abdominal- 20,3 horas después del parto, frente a las 29’5 horas que tardaron aquellas que no tomaron nada. También describieron sentir menos molestias e incomodidad.
Así pues, si vas a dar a luz próximamente, no olvides incluir tu paquete de chicles en tu neceser.