De todos es sabido que el cutis de las mujeres asiáticas es uno de los más envidiados. Mientras que nosotros nos enfrentamos a los signos del envejecimiento, manchas, arrugas o marcas de expresión, las orientales parecen haberle ganado un pulso épico a la genética.
Por ello, no es de extrañar que la industria cosmética coreana haya adquirido tanta popularidad en los últimos años. De hecho, en países como España o México, las tiendas orientales dedicadas cuidado de la piel y al maquillaje son un éxito rotundo.
Pero, ¿qué hacen las asiáticas para gozar de una piel tan radiante y tersa? Buena parte de su secreto reside en su alimentación, marcada principalmente por el arroz y el té verde.
Sin embargo, también usan una mascarilla que llevan utilizando miles de años. Un cosmético que podemos elaborar fácilmente en casa y que posee unas propiedades increíbles. Concretamente aclara la piel, ayuda a reducir las manchas y deja el cutis increíblemente terso.
Uno de los principales ingredientes de esta mascarilla «milagrosa» es el arroz. Este contiene dos elementos geniales para el rostro: ácido linoleico, que posee antioxidantes que ayudan a la producción de colágeno y escualeno, reparador natural de los daños solares.
Con una vez a la semana basta para disfrutar de los increíbles beneficios de esta mascarilla. En un par de meses notaréis que los resultados son tremendamente sorprendentes y que vuestra tez luce mucho más joven que antes.
Seguramente estéis deseando saber qué lleva exactamente este cosmético casero. Bien, tomad nota y no perdáis detalle:
Para elaborarla, debemos colocar en arroz en la taza de agua y dejar que hierva durante 3 minutos. Después debemos colar, reservando el agua sobrante. Acto seguido, ponemos el arroz hervido en un tazón y le agregamos la leche y la miel. Después mezclamos todos los ingredientes para obtener una pasta homogénea. Después podemos aplicar como una mascarilla facial normal, dejándola en nuestra piel durante 20 o 30 minutos.
¡Estamos deseando conocer todas vuestras opiniones después de haberla probado!