Es septiembre y mis sobrinos no quieren ir al colegio, si por ellos fuera se quedarían en casa jugando a la GameBoy. De pequeño, yo mismo percibía que la educación era una aburrida obligación a la que me sometían los adultos. La pura verdad es que no valoramos lo que tenemos.
No valoramos poder estudiar y aprender de forma gratuita conocimientos y destrezas que nos permitan un adecuado desarrollo. No valoramos tener un desayuno nutritivo para enfrentarnos a las lecciones. No valoramos tener una red de infraestructura y autobuses escolares para llegar al colegio. No lo valoran los niños y por supuesto no lo valoran los adultos.
Como siempre ocurre sólo valoramos las cosas por comparación. Somos así de estúpidos, el ser humano es un animal que no sabe valorar lo que tiene y sentirse afortunado sin compararse con otras personas que lo tienen más difícil pero lo cierto es que los afortunados son ellos. Los que luchan por recibir una educación y la valoran, los que disfrutan de ella, los que respetan a sus profesores y los que a pesar de lo duro que sea el camino a la escuela se levantan todos los días para asistir a clase con una sonrisa.
Valoremos lo que tenemos y admiremos la tenacidad y las ganas de aprender de estos niños que deben atravesar 18 duros caminos para poder ir al colegio.
Debemos de recordar que muchos niños toman rutas increíbles para recibir una educacion que nosotros damos por sentado.
Los escolares de esta localidad china deben subir altísimas escaleras sin supervisión adulta y sin seguridad para poder ir al colegio cada día.
Los alumnos deben de atravesar las duras laderas del Himalaya para poder ir al colegio. El camino es tan duro que los niños permanecerán internos hasta las vacaciones.
No debemos olvidar que, en algunas partes del mundo, la escuela puede ser un lujo duramente ganado.
Son los propios niños los que sin supervisión deben navegar estas peligrosas aguas.
Este grupo de escolares debe recorrer varios kilómetros a pie por el bosque y cruzar un río a través de un puente creado con las raíces y ramas de varios arboles.
Los caminos son tan duros e intransitables que esta niña tiene que ir en toro a la escuela.
Los escolares de Beldanga van a la escuela acinados en este transporte que llaman Tuktuk. A pesar de no ser el peor de los viajes, este vehículo no cuenta con las necesarias medidas de seguridad.
El puente esta en mal estado y el camino permanece nevado la mayor parte del año lo que supone un gran riesgo para los escolares.
Los niños viajan en el techo de un pequeño barco pesquero para llegar a la escuela.
Estas chicas deben atravesar un estrecho tablón para completar el camino hasta su escuela. La estructura es una alta pared del siglo XVI.
Los niños viajan apelotonados en una estrecha canoa.
¿Cuantos niños caben en un carro? Este largo viaje no debe ser especialmente cómodo.
Los estudiantes cruzan el río en estas peligrosas balsas de bamboo.
Estos escolares deben hacer un duro viaje de 125 millas para llegar a su escuela interna.
Estos niños deben cruzar el río utilizando esta vieja cuerda floja.
Puede parecer una atracción de un parque acuático pero en realidad es un incomodo viaje en una especie de neumático por un gigantesco río.
Según la Unesco, los caminos peligrosos son una de las principales razones por las que muchos niños deciden dejar la escuela y después de ver las imágenes no cabe duda de que son dignos de admiración.
Fuente: Bored Panda
Este artículo fue modificado el 8 enero, 2019 8:09 pm