La pizza es uno de los platos favoritos de muchas personas, sobre todo de las más jóvenes. Se trata de un plato de la cocina italiana que se ha extendido por todo el mundo y es apreciado en muchos países, que incluso la han adaptado a su propia cocina. Actualmente tenemos pizzas de todo tipo, de verduras, de quesos, de carne, incluso algunas incluyen pulpo o diferentes tipos de marisco. ¡Hay pizzas para todos los gustos! Una que estamos seguros que te gustará es la pizza de pan crujiente con queso que te traemos de la mano de King Arthur Flour.
¿Qué hace que la pizza de pan crujiente con queso sea tan buena? Según Treehugger, que le ha dado altas calificaciones a esta receta, estas son las claves:
1. En un bol coloca la harina, la sal, la levadura, el agua y una cucharada de aceite de oliva. Mezcla todo bien hasta formar una masa pegajosa sin parches secos de harina. Esto quizás te lleve 30-45 segundos usando una amasadora, o un minuto usando las manos. Raspa los lados del tazón para juntar la masa y formar una bola áspera y cubre el tazón.
2. Deja que pasen cinco minutos y destapa el tazón. Con la mano húmeda, estira la parte inferior de la masa hacia arriba y sobre su parte superior. Repite tres veces más, girando el bol 90º cada vez, y luego cubre el bol. Este paso de cubrir el tazón, esperar cinco minutos, y hacer cuatro dobleces, tendrás que repetirlo cuatro veces.
3. Cubre por última vez el bol y deja reposar la masa durante 40 minutos. Luego métela en la nevera durante 12-72 horas. Subirá lentamente a medida que se enfríe y desarrollará sabor.
4. Tres horas antes de que quieras servir la pizza, prepara una sartén de hierro fundido (o una sartén con el fondo grueso, o un molde para pastel redondo o cuadrado). Sobre ella, vierte una cucharada y media de aceite de oliva. Esparce bien el aceite tanto por el fondo como por los bordes.
5. Pon la masa en la sartén y voltéala para cubrir ambos lados con el aceite. Presiona la masa hacia los bordes de la sartén, usando las puntas de los dedos. Si te cuesta que la masa se deje trabajar, ve dándole descansos de 15 minutos y prensándola hasta que se cubra todo el mundo.
6. Cubre la masa y deja que crezca durante dos horas a temperatura ambiente, hasta que se vea suave y se mueva al sacudir la sartén.
7. Media hora antes de hornear, coloca una rejilla en la parte baja del horno y otra en la parte superior. Precalienta el horno a 230º.
8. Cuando el horno esté listo, comienza a espolvorear tres cuartos de la mozzarella de forma uniforme sobre la masa. Cúbrela completamente hasta los bordes, y sobre ella coloca la salsa de tomate. Por último, espolvorea el resto del queso.
9. Hornea la pizza en la rejilla baja del horno durante 18-20 minutos hasta que el queso burbujee y los bordes de la corteza estén dorados. Revisa que la parte de abajo de la masa esté dorada con una espátula, si no lo esté tendrás que hornear la pizza en la rejilla de arriba durante 2-4 minutos más.
10. Cuando la pizza esté dorada y horneada a tu gusto, coloca la sartén con la pizza en una superficie resistente al calor y pasa con cuidado una espátula o cuchillo por los bordes para evitar que el queso se pegue a la sartén mientras enfría. En cuanto deje de estar ardiendo, transfiere la pizza a una bandeja o plato. Finalmente, ¡Ya te la puedes comer!