El futuro va a pertenecer a los coches eléctricos. Las normas anticontaminación cada vez son más restrictivas con los coches de combustión y ya son muchos los que se preguntan qué hacer con los coches diésel o de gasolina. ¿Por qué no transformarlos o convertirlos en coches eléctricos?
Nuestro coche es algo más que una posesión, es una expansión de nosotros mismos. En España muchas empresas se han dado cuenta de esto y ahora se encargan de convertir los vehículos viejos en eléctricos. Ejemplo de ello tenemos Elektrun, una pequeña empresa española pionera en las conversiones, cuya preocupación es tanto el Medio Ambiente como la economía y las necesidades de sus clientes. En países como Estados Unidos, la red de expertos experimentados y los mejores especialistas en ingeniería, Zelectric, hace lo mismo.
Así se le conoce a la práctica de tomar un vehículo usado y convertirlo a una tecnología moderna. Que un coche de combustión pase a ser híbrido o eléctrico y de esto vamos a hablar a continuación.
Transformar un vehículo en eléctrico tiene como objetivo: conducir un coche novedoso sin ruido y dejar de contribuir a la contaminación del entorno. Así como disminuir el precio del combustible. Esto traerá consigo un cambio, cuanto menos positivo.
Para llevar a cabo este proceso debemos tener en cuenta 4 componentes básicos. Estos son el coche donante a convertir, el motor, el controlador y la batería.
El primer paso es seleccionar el modelo de coche barato, que sea pequeño y que no pese mucho (de unos 800kg). Cuanto menos tamaño tenga menor resistencia pondrá por el rozamiento con la carretera. Los mejores coches son los antiguos, estos son menos sofisticados y la electrónica no es imprescindible para que otras funciones del coche sean compatibles y se mantengan operativas.
Algunos ejemplos ideales son, entre otros: el Renault twingo, Fiat Punto, Citroën AX, Ford Ka, Nissan Micra y Volkswagen Polo.
Ahora toca elegir el motor. Si el coche es pequeño no necesita extremar en potencia por lo que uno de 7 a 15 KW puede ser perfecto. Los de corriente continua son más baratos y se hayan en cualquier desguace. Por el contrario, los de corriente alterna son más caros, menos pesados y más eficientes. Eso ya queda a elección de ustedes.
Importante no, lo siguiente. Encargado de convertir la electricidad de las baterías al voltaje necesario para el motor. Hoy en día la elección es mucho más fácil ya que la mayoría de los fabricantes de motores se encargan de la elaboración del controlador y esto lo hace más genérico.
Elemento clave hasta ahora. Dotan de potencia al vehículo eléctrico. Escoger una u otra dependerá de los recorridos que quieras hacer con tu coche en una sola carga y del cargador que lleven.
Entre las baterías más recomendadas están:
Depende. El tiempo puede variar desde unas semanas hasta años. Para que sea un proceso rápido debemos tener todas las piezas (el chasis, la placa adaptadora del motor, etc) y trabajar en el coche todos los días. Entonces en dos semanas estaría listo.
Se necesitan conocimientos básicos de electricidad y mecánica.
El resultado de un vehículo con cero emisiones tendría una autonomía en torno a los 100 km, pero carecerá de ayudas a la conducción, o de medidas de seguridad de última generación, por ejemplo.
Como norma general los motores básicos alcanzan los 60 o 70 km/h. Un coche de unos 700Kgs, con un motor eléctrico puede llegar a los 90 km/h.
Para compensar y repartir los enormes gastos que implica dicha homologación, Elektrun, por ejemplo, trabaja de forma conjunta para conseguir un pedido mínimo de un modelo de coche en particular. Así, se aseguran precios más bajos. En total, por unos 15.000-20.000 euros en teoría tendríamos todo, incluyendo coche y transformación a eléctrico.
A la hora de certificar la reforma las modificaciones clásicas son, entre otras:
Es necesario que analicemos exhaustivamente las conversiones por separado porque, aunque la gran parte de estas siguen un patrón común, las certificaciones de reforma son distintas. Hay que tener en cuenta la homologación y los cambios a hacer. Recomendamos además, manipular el vehículo lo menos posible, así como que se mantengan los pesos preestablecidos por el fabricante.
Más allá de la parte técnica, también tocará lidiar con los organismos públicos para conseguir las certificaciones necesarias para la circulación.
Las normativas aplicadas a la fabricación de nuevos vehículos se crearon para asegurar que los activos fabricados en Europa cumplen una serie de requisitos en cuanto a seguridad y medio ambiente. Recuerden que no se trata de fabricar un vehículo, sino que más bien el objetivo es transformar algunas de las características de un coche ya existente. Por tanto, los requisitos implantados no siempre los aplicaremos.
En la regulación a nivel nacional, es el Manual de Reformas quien lista los posibles cambios en dependencia de los tipos de vehículos indicando las normativas o Actos Reglamentarios a aplicar para su tramitación, el tipo de aplicación de estos, etc. Es dicho manual el encargado de remitir las reformas a la legislación europea en vigor.
España es un país donde la transformación no está muy extendida. Por tanto, muchos organismos oficiales no saben cómo actuar o cómo prestarte la información correcta. Hacen referencia al termino homologación vehículo cuando en realidad no queremos homologar, sino certificar la reforma para poder obtener un permiso de circulación.
Si hablamos de documentación, tenemos que hacer referencia a tres puntos clave: proyecto técnico, certificado de conformidad de servicio técnico de reformas autorizado y certificado del taller que ha realizado la reforma. De dichos documentos claves, el certificado de conformidad es el más difícil de obtener. Esto se debe a la falta de claridad y al alto presupuesto necesario. Un mero test (se trata de una prueba) y un trámite representan el obstáculo mayor encontrado en todo el proceso.
El vehículo se pondrá en carretera una vez pase las pruebas en los diferentes laboratorios repartidos por España. Dichos laboratorios van desde los más sencillos, como realizar ensayos de frenada, hasta los más complicados y costosos de compatibilidad electromagnética. Los más conocidos son: el organismo público INTA y la empresa privada IDIADA. En los cuales el tiempo de espera para cita ronda los cinco o seis meses.
Para mejorar este difícil panorama, el director de Elektrun propone crear una especie de código abierto de las homologaciones. La idea consiste en que tras convertir un coche en concreto por primera vez (por ejemplo, un Fiat Punto), todos los documentos que se necesitan para hacerlo ya estuvieran disponibles para el siguiente que quisiera transformar el mismo modelo. Aquí lo más importante, por tanto, es guardar y tener localizables dichos papeles.
Algo tan sencillo como esto expandiría el crecimiento a nivel nacional de más empresas como Elektrum y de talleres especializados en la materia.
Debería existir un organismo especializado en conversiones eléctricas y más facilidades para pequeñas empresas, talleres y autónomos de esta industria. En las manos de las PYMES del sector están las capacidades de producir un vehículo eléctrico cada seis días.
Los expertos reclaman más ayudas y subvenciones para acometer estas transformaciones. Declaran que es un desperdicio que las empresas pequeñas se queden sin abordarlo. España es un país con capacidad para ello y no se está haciendo. Es una pena.