Así como la depresión, la ansiedad, es una respuesta emocional humana con muchas caras, que pueden manifestarse con multitud de síntomas, siendo diferentes según la persona, afectando no sólo a la mente sino también al cuerpo.
Aunque no lo creas, la ansiedad, junto con el miedo, la ira, la tristeza o la felicidad, cumple una función muy importante relacionada con la supervivencia, ya que es el sistema de alarma que se activa cuando una persona se siente amenazado o en peligro.
Cuando el cuerpo y la mente reaccionan ante el peligro o la amenaza, nuestro cerebro se pone en alerta, el pulso se acelera, el estomago se cierra, la sudoración aumenta, nuestras pupilas se dilatan y un temblor invade nuestros brazos y piernas. Todas están sensaciones entran dentro de la normalidad, son parte de la respuesta del cuerpo de «huir o luchar».
Sin embargo, en esta sociedad frenética y desarrollada en la que vivimos puede ser normal que nuestra mente no sea capaz de identificar el peligro potencial de una amenaza tangible y real. Cuando nuestra mente no es capaz de liberarse de estas preocupaciones, los sentimientos y sensaciones de la ansiedad se prolongan, siendo perjudiciales para la persona.
Así como aprendimos qué sienten las personas con depresión, vamos a conocer todas las manifestaciones que la ansiedad puede tener.
Pensando siempre en el peor de los escenarios posible, la preocupación y el terror, se vuelven pesados compañeros de viaje, creando un sin fin síntomas que pueden clasificarse en diferentes grupos:
Es normal que las personas con ansiedad generalizada experimenten taquicardia o fuertes palpitaciones, acompañas de cierta opresión en el pecho y falta de aire.
Otras personas suelen describir que sienten un «nudo en el estomago», perdiendo el apetito y sintiendo nauseas o vómitos, sensación de mareo e inestabilidad.
Todos estos síntomas pueden ir acompañados de problemas del sueño y pesadillas, lo que suele agravar la sintomatología provocando sueño, cansancio, tensión muscular y disminución de la respuesta sexual.
Si por algo se caracterizan las personas que padecen este trastorno es por sentir una intensa sensación de inseguridad, una horrible inquietud por los demás y el temor a perder el control.
Inmersas en el recelo, las sospechas y la incertidumbre, las personas con ansiedad pueden bloquearse y paralizar su vida, evitando tomar decisiones por miedo a equivocarse. En casos más extremos, las personas sienten un terror atroz a la muerte, la locura, o el suicidio.
Vivir en un permanente estado de alerta e hipervigilancia, puede provocar que las personas con ansiedad actúen por impulsos, de los cuales se arrepentirán de forma inmediata.
La tensión se apodera de su cuerpo y musculos, presentando rigidez en estos, así como en las mandíbulas, inquietud motora, dificultad para mantenerse quieto y en reposo. Incluso su lenguaje corporal cambiará a favor de posturas cerradas y expresiones faciales de asombro, duda o crispación.
Llegados a este punto, es fácil imaginar que los combinando diversos síntomas físicos y mentales, también podemos tener problemas de atención, concentración y memoria.
Los despistes y descuidos se volverán frecuentes, así como pensar en negativo y esperar lo peor de cada situación.
Hablar sin control y sentirse irritable e incomprendido, aislado del mundo y de los amigos con los que tendrá dificultad para expresar y hacer valer sus propias opiniones y derechos, por temor a los conflictos y las consecuencias que puedan derivarse de ellos.
Cada persona es un mundo, y en cada mundo hay unas reglas para la ansiedad. Según su predisposición biológica y/o psicológica, cada persona compone su propio rompecabezas, mostrándose más vulnerable o susceptible a unos u otros síntomas.
El ejercicio, la alimentación, las técnicas de relación y control del estrés, así como entrenar nuestro cerebro para pensar en positivo pueden ayudarnos a mantener lejos la ansiedad.
En caso de sentir ansiedad, es importante recordar que en la vida no estamos solos, y que siempre podemos y debemos buscar ayuda, consultar a un médico especialista y contar con nuestros amigos y familiares.
Fuente: Wikipedia
Este artículo fue modificado el 8 enero, 2019 7:48 pm