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Una profesora transforma el aula con su propio sueldo en el lugar perfecto para los pequeños

Hay profesores que nos dejan huella durante toda la vida. Esos que realizan su actividad con pasión y vocación, que se preocupan de todos y cada uno de sus alumnos y que intentan dar lo mejor de sí mismos cada día para que nosotros lo demos todo con ellos.

Esta profesión puede llegar a ser realmente frustrante, ya sea porque los años van haciendo mella en la determinación de muchos docentes o porque cada vez se respeta menos esta disciplina tan importante en nuestra sociedad.

Stephanie Stephens es una de esas profesoras que será recordada por sus alumnos el resto de sus vidas por cosas como la que os vamos a contar ahora mismo.

Ella es maestra de 6º, 7º y 8º curso en la Escuela Intermedia James L. Capps, en Oklahoma City, especializada en alumnos con carencias o necesidades especiales. Como sus alumnos no aprenden al mismo ritmo que otros, Stephanie pensó que podría hacerlo todo mucho más fácil y agradable si cambiaba un poco el método convencional de enseñanza.

Ni corta ni perezosa recurrió a su saga de libros favoritos (que no es otra que Harry Potter) para encontrar inspiración en esta gesta. Y vaya si la encontró, estas fotos nos van a mostrar que con mucha ilusión, ganas e imaginación puedes lograr cosas que merecen la pena realmente.

La entrada en el anden 9 y 3/4 ya empieza a emocionar a todos los fans del mago.

El interior está tematizado de Potter.

Es impresionante su entrega pero ¿Por qué lo hace? Stephanie nos explica: «una de las cosas más difíciles como maestro es inculcar el amor por la lectura en los estudiantes. Este año decidí utilizar la temática de Harry Potter porque si los alumnos me ven entusiasmada, seguirán mi ejemplo» .

Stephanie se ha gastado más de 400 dólares de su propio sueldo para llevar a cabo esta transformación, pero opina que si consigue motivar a sus alumnos será un dinero bien invertido.

Es una auténtica fan, como demuestra Fluffy custodiando este mueble.

Hedwig, la lechuza compañera de Potter, también tiene su rincón.

Hasta Scabbers, la rata de Ron Weasley, tiene su hueco en esta clase.

Los Prefectos tienen también un sitio asignado especial. Al igual que en el libro este lugar está reservado para el ayudante del profesor.

Uno de los toques más divertidos y favoritos de los alumnos es la estantería de pociones.

No se va a quedar solo en la decoración, Stephanie tiene previsto leer capítulos de los libros cada semana así como mandarles trabajos o proyectos adaptados al mundo mágico de Hogwarts a sus alumnos.

Suena como un año verdaderamente divertido y educativo para todos los alumnos del James L. Capps. Estamos seguros de que Dumbledore le daría su sello de calidad.

¿Qué os ha parecido la pasión que demuestra esta profesora? Sin duda yo desearía una profesora así para mis hijos, a buen seguro que la recordarían toda la vida.

Fuente: Wimp

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