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10 hábitos de cocina peligrosos que todos hacemos (y no deberíamos)

Todos cometemos cientos de errores de higiene en la cocina, eso sí, mayormente de forma inconsciente. Sin embargo, aunque pueda parecer inofensivo y nos pensemos que lo estamos haciendo bien, conviene echar un vistazo a estos peligroso hábitos, ya que pueden estar poniendo en jaque nuestra salud y la de los nuestros.

Siempre con el respaldo de las autoridades sanitarias y expertos en alimentación, hoy veremos qué errores solemos cometer con más frecuencia a la hora de cocinar, explicando los riesgos que eso puede conllevarnos.

No pongas en riesgo la salud de tu hogar y destierra estos malos hábitos para siempre:

Descongelar la carne al aire libre

El rango de temperatura comprendido entre los 5°C y 60°C se conoce como zona de temperatura peligrosa. Esto se debe a que, en dicha zona, las bacterias de intoxicación alimentaria pueden crecer hasta niveles inseguros, pudiendo hacer que enfermemos. Por ello, siempre debemos mantener nuestro refrigerador por debajo de los 5ºC.

Si al descongelar un alimento, este ha estado en esa zona de peligro de temperatura un tiempo comprendido entre 2 y 4 horas, consúmelos de inmediato o tíralo directamente.

Meter toda la comida en un mismo recipiente en la nevera o el congelador

Para los alimentos recién cocinados que no piensan consumirse de inmediato, debemos reducir su temperatura lo más rápido posible. Para ello, divide la comida en recipientes, en pequeñas porciones, y ponla en el refrigerador o congelador tan pronto como deje de humear.

Lavar la carne cruda antes de cocinarla

Un error común que los consumidores cometen en la cocina es lavar o enjuagar la carne, especialmente el pollo, antes de cocinarla. Algunos lo enjuagan con agua corriente y un colador, mientras que otros lo sumergen en recipientes llenos de agua; otros incluso usan agua salada, vinagre o jugo de limón para tratar de «limpiar» su carne.

Sin embargo, no se recomienda lavar la carne cruda de aves de corral, carne de res, cerdo, cordero o ternera antes de cocinarlas. Las bacterias contenidas en los jugos podrían propagarse a otros alimentos, utensilios y superficies. Esto es lo que se conoce como contaminación cruzada.

Si bien el lavado de carne y aves de corral para eliminar la suciedad, la baba, la grasa o la sangre puede haber sido apropiado hace décadas, cuando muchos sacrificaban y preparaban su propia comida, el moderno sistema de seguridad alimentaria no lo requiere.

Probar la comida para verificar si está estropeada

En caso de duda, a la basura, ya que podríamos enfermar. Además, recuerda que si los alimentos perecederos han estado en la zona de peligro de temperatura durante un tiempo comprendido entre 2 y 4 horas, consúmelos de inmediato. Después de 4 horas, tíralo.

Probar la masa de los postres cruda

Puede que no nos pase nada si probamos una masa cruda de galletas, por ejemplo, siempre y cuando solo sea un poco. Pero «es como la ruleta rusa«, según comentó Soohyoun Ahn, profesora asistente de seguridad alimentaria en la Universidad de Florida, «podríamos enfermar y no vale la pena arriesgarse«.

Siempre existe el riesgo de enfermar gravemente, ya que múltiples ingredientes dentro de la masa podrían estar contaminados por patógenos como la salmonella o E. coli. Por ello, los expertos recomiendan hornear la masa hasta el final y luego limpiar bien las superficies que hayamos utilizado.

Usar el móvil mientras cocinamos

Una encuesta de inocuidad alimentaria de 2016, realizada por la FDA y el USDA, determinó que casi la mitad de sus más de 4.000 participantes usaban algún tipo de dispositivo móvil mientras cocinaban, pero solo un tercio de esas personas se lavaban las manos después.

Las bacterias en los teléfonos móviles, tabletas y otros dispositivos podrían pasar a nuestra comida y contaminarla. Así pues, si estás usando el teléfono para una receta, intenta desbloquear la pantalla con los codos, los meñiques o los nudillos, y lávate las manos repetidamente, asegurándote de que lo haces correctamente.

No lavarnos las manos antes de empezar a cocinar

Mantener las manos limpias es una de las medidas más importantes que podemos tomar para evitar enfermar y transmitir esos patógenos a otras personas. Aunque cueste creerlo, muchas enfermedades y afecciones se propagan por no lavarse las manos con agua limpia y jabón.

Lo más recomendable es lavarse las manos antes de comenzar a cocinar y cada vez que cambiemos de tarea.

Cortar alimentos crudos de origen animal en la misma tabla que las verduras

Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades recomiendan el uso de tablas y platos separados para la carne cruda, aves y mariscos. También sugiere colocarlos en diferentes partes del congelador o refrigerador, sin mezclar unos alimentos con otros, ya que si se juntan alimentos cargados de bacterias, podemos poner en peligro cualquier otro artículo de nuestro frigorífico.

Tener a las mascotas en la cocina mientras cocinamos

La Royal Society for Public Health de Reino Unido recomienda mantener a las mascotas siempre fuera de la cocina, ya que pueden propagar patógenos. Si esto no fuera posible, al menos hay que intentar mantener a los gatos (y otras mascotas) fuera de las encimeras de la cocina y las mesas de comedor (recuerda: ¡entran y salen de una caja de arena!).

No lavar la fruta después de comprarla y antes de consumirla

Los alimentos que se consumen crudos, como las hortalizas y las frutas, implican un factor de riesgo: no se someten a ningún tratamiento para eliminar una posible contaminación con microorganismos, como la cocción o la fritura.

Por ello, es fundamental aplicar unas estrictas medidas de higiene y manipulación, para evitar o frenar la formación y proliferación de microorganismos.

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