Las relaciones son complicadas y no todas llegan a buen puerto, en parte, porque carecemos de la sabiduría que aporta la experiencia. Quizá por eso este post de consejos de amor escritos por un hombre divorciado puede ser especialmente varios. No te lo pierdas.
Obviamente no soy un experto en relaciones, pero hay cosas que el divorcio me ha enseñado y que me gustaría haber hecho de forma diferente. Tras perder a la mujer que amaba y 16 años de matrimonio, estos son los consejos que me hubiera gustado darme.
No des nada por sentado. Cuando pides matrimonio te comprometes a ser la persona que ocupe su corazón, y eso, debes ganártelo y mantenerlo. Es tu tesoro más preciado y hay que cuidarlo. No es algo que te ha sido impuesto, lo has elegido y no puedes tener pereza en alimentarlo.
Del mismo modo que debes proteger y cuidar a tu pareja, también debes proteger tu corazón. Ama plenamente, ama a todo el mundo, pero reserva un espacio exclusivo e íntimo para tu pareja. Solo para ella.
Todos cambiamos con el tiempo y por eso debes enamorarte una y otra vez de tu pareja, por eso el cortejo no debe acabar nunca. Sino la perderás para siempre.
Céntrate en lo bueno y olvida rápido lo malo, si te enfocas en todo lo que te molesta, tu relación se irá resintiendo. Si te centras en lo que amas, acabarás consumido de amor y eso no es malo.
Debes amar a la persona que es, con sus virtudes y defectos, incluso si cambia.
Responsabilízate de tus propias emociones. No es trabajo de tu pareja hacerte feliz, ni es el motivo por el que estás triste. Eres responsable de perseguir y buscar la felicidad, donde se halle, para luego extenderla dentro de tu relación.
Puedes enfadarte con tu pareja, pero no la culpes de tu enfado, son tus emociones y cómo las gestiones es cosa tuya. Si hay algo de ella que te hace sentir así, busca el motivo y sana tus heridas. Te sentiste atraído porque esa persona es capaz de curar todos tu miedos y rencores, no lo olvides.
Si tu pareja está enfadada, triste o molesta, no es tu trabajo solucionar sus problemas, sino amar, escuchar, abrazar y transmitir seguridad. Hacerle saber que eres el pilar en el que apoyarse y alguien con quien contar.
No te tomes la vida demasiado en serio, ríe y haz que ría. La vida es mejor y más fácil entre risas.
Todos tenemos cosas que nos hacen sentir bien, que recargan nuestra energía y positivismo, aprende cuales son las suyas y desencadénalas. Hazla sentir querida.
No solo consiste en pasar tiempo juntos, sino en estar presente con toda tu alma y la máxima atención. Debes tratarla como si fuera tu cliente más importante, y es que, realmente, lo es.
No seas idiota y no tengas miedo de serlo. Todos cometemos errores y tu pareja también lo hará, pero hay que aprender de ellos y no enrocarse en los fallos. En las relaciones no hay que ser perfecto, basta con no ser demasiado estúpido.
En el sexo hay que estar dispuesto a dar y complacer, solo así lograras fundirte con su alma.
Todos necesitamos nuestro espacio, y más aun después de tener niños, así que asegúrate de que disfrute de tiempo para sí, para renovarse, aprender, encontrase y evolucionar.
Comparte tus miedos y sentimientos, y reconoce tus errores. Si no lo haces con tu pareja, ¿con quien lo vas a hacer?
Si quieres tener una buena confianza debes estar dispuesto a compartir incluso aquellas cosas que preferirías guardarte. Se necesita valor para amar plenamente, para abrir el corazón y dejar que se sumerjan en tu mundo, conociendo también la parte más oscura o vergonzosa. Fuera máscaras.
En las charcas crece la malaria, pero en la corriente solo encontrarás agua fresca y pura. Tal y como un músculo se atrofia si no se usa, la relación muere si dejas de trabajar en ella. Encuentra objetivos comunes, comparte visiones y persigue sueños mutuos.
Acepta la situación, no gastes más de lo que puedas y trabaja en conjunto para prosperar, pero no te preocupes por el dinero o la insatisfacción se instalará en tu casa.
Deja el rencor, perdona de inmediato y céntrate en el futuro. No dejes que un problema puntual os frene y regrese a tu relación una y otra vez. Eso es solo un ancla que no os permitiría avanzar. El perdón es libertad.
Al final, el único consejo que necesitas es regir tus actos por amor. Si esta es la guía de tu relación, no habrá nada que rompa la felicidad de tu matrimonio. Ahora lo sé.
«El matrimonio no es un felices para siempre. Se trata de trabajo, el compromiso de crecer juntos y la voluntad de invertir continuamente en la creación de algo eterno. De ese trabajo, llegará la felicidad.
El matrimonio y la vida tienen altibajos. Abraza y acepta los ciclos, aprende de la experiencia y el amor te dejará seguir construyendo, un ladrillo a la vez».
Estas son las lecciones que he aprendido de la manera más difícil posible y… demasiado tarde. Pero hoy estoy comprometido a llevarlas adelante. Me encantó este casado, y me volveré a casar, solo quiero que, cuando lo haga logre, sea para siempre.Si todavía sigues leyendo, espero que de mi dolor y experiencia te sirva.
Este artículo fue modificado el 21 diciembre, 2019 4:35 pm