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La historia del matrimonio entre personas con Síndrome de Down más largo de la Historia

El amor no tiene límites y nos regala historias increíbles. Hoy os queremos hablar del matrimonio entre personas con Síndrome de Down más largo de la Historia.

Descubre esta una relación en la que el cariño más tierno y sincero ha ganado la batalla a los prejuicios y las dificultades. Ellos son Kris Scharoun-DeForge y Paul DeForge, su ejemplo es una inspiración para todos:

Un amor especial que venció todos los obstáculos

Familia Scharoun-DeForge

Hace tres décadas, Kris decidió acudir a un baile para personas con discapacidad sin saber que su vida iba a cambiar para siempre. Allí conoció a Paul y se enamoró inmediatamente. Cuando se le pregunta sobre aquel día suele decir que al mirarlo a los ojos vio su futuro.

Las dificultades a las que se enfrentaban eran muchas, pero ellos estaban acostumbrados a luchar.

Tras conocerse en el baile, salieron durante años y se comprometieron en 1988, cuando ella le propuso matrimonio. Pero llegar al altar no fue fácil.

Muchos se oponían a su relación y no creían que  alguien con Síndrome de Down debiera casarse. Su caso era único y no se conocían otras parejas en la misma situación.

Sus familias los apoyaron completamente: eran dos individuos que tenían el derecho a tomar esa decisión.

Se les permitió casarse en 1993, al demostrar a los funcionarios del estado de Nueva York que eran capaces de dar su consentimiento a la relación. La pareja tuvo que realizar pruebas que medían sus conocimientos, sentimientos y hasta sus necesidades «amorosas»

El secreto es apoyarse mutuamente

Familia Scharoun-DeForge

La boda fue un acontecimiento maravilloso y Kris cumplió uno de sus mayores deseos. De pequeña le gustaba recortar fotografías de trajes de novia y decorar su habitación con ellas. Imaginad lo contenta que estaría al verse caminando hacia el altar llevando uno de esos vestidos.

Tras casarse, la pareja combinó sus nombres y vivieron juntos en una comunidad que el estado había construido para personas con discapacidades. Allí contaban con cuidadores y estaban en contacto con personas como ellos. Esto les permitió desarrollar una vida lo más normal posible.

Familia Scharoun-DeForge

La pareja amaba las alegrías simples del día a día. A ella le encantaba cocinar en casa y los dos solían jugar a los bolos. Dicen que eran unos estupendos bailarines e intentaban demostrarlo acudiendo a todos los bailes posibles.

Demostrando que podían hacer cualquier cosa, ella consiguió un empleo en Pizza Hut y Paul trabajaba en un taller que apoyaba a personas como él.

Sus familias estaban tremendamente orgullosas de ellos y los admiraban y respetaban con todo su corazón. Por esto mismo, la hermana de Kris quiso que fueran padrinos de su hija, algo que sin duda fue un orgullo inmenso para los dos.

Unidos a pesar de todas las dificultades

Familia Scharoun-DeForge

La pareja compartió muchos años felices juntos y disfrutaron plenamente el uno del otro. Por eso, cuando se tuvieron que enfrentar a diferentes complicaciones de salud, también lo hicieron unidos.

Kris tiene diabetes tipo 1, que es capaz de controlar ella sola. Pocos meses después de celebrar las bodas de plata, Paul empezó a desarrollar demencia. Al parecer es algo muy común entre personas con Síndrome de Down mayores de cincuenta años.

Decidieron llevarlo a un centro de cuidados intensivos y su mujer, que siguió viviendo en el antiguo apartamento, tuvo que aprender a estar sola por primera vez.

Ellos quisieron estar juntos todo el tiempo posible y Kris lo visitaba siempre que podía.

Familia Scharoun-DeForge

La memoria de Paul se desvanecía, pero su rostro se seguía iluminando al ver a su esposa. Una neumonía se lo llevó el año pasado, estaba rodeado de su hermano y su querida mujer. Habían pasado 25 años de matrimonio y muchos más desde que se conocieron. Algunos medios se hicieron eco de la noticia, pues su historia dio la vuelta al mundo.

Ahora ella está aprendiendo a vivir sin él y planea ir de vacaciones a las montañas para esparcir las cenizas de su esposo.

La historia de este matrimonio con Síndrome de Down es un ejemplo para todos y nos anima creer en el inmenso poder de amor.

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