El día de la boda es un momento muy importante en la vida de muchas personas. Es una fecha que se recuerda toda la vida ya que, por norma general, celebra la unión de dos personas que se aman y lo comparten con amigos y familiares a los que quieren.
Se supone que los invitados deben ser personas que aprecias y con los que quieres compartir ese día y, para las mujeres, existe la tradición de elegir a las damas de honor ¿quiénes serán, cuántas, cuál será su cometido?.
Pues para Christine Quinn no supuso ningún problema elegir a una de ellas ya que lo tenía muy claro desde que era pequeña. Su abuela Nana Betty, de 89 años, había sido desde que Quinn era muy pequeña un gran apoyo y una gran amiga, por lo que era lógico contar con ella de una forma especial en el día de su boda.
Nana dudó al principio, pero si su nieta quería tenerla de dama de honor ¿Como le iba a negar esa satisfacción?.
Y ahí estuvo en la boda, siendo el alma de la fiesta con su energía y sus palabras de sabiduría y experiencia. Incluso siendo la primera en subirse a los autobuses para ir al baile y protagonizar uno de los momentos más emotivos cuando bailo junto con el marido de Quinn.
Esta mujer es la prueba de algo que muchos sabéis y es que solo eres tan viejo como te sientes por dentro.
¿Que os parece la historia? Yo creo que es una de las más bonitas que han pasado por La voz del muro y mira que son unas cuantas.
Fuente: Bored Panda