Vivimos obsesionados con la belleza. La sociedad hoy en día nos exige estar siempre perfectos, guapos, con unos cuerpos esculturales y condicionados por el canon ideal impuesto.
Como todo, en su justa medida, no es malo, el problema viene si nos centramos solo en estar perfectos y si no lo conseguimos se convierte en un drama. Esta obsesión puede llegar a convertirse en una patología y desarrollar diversas enfermedades mentales relacionadas con ello.
Para alcanzar el ideal de belleza actual, cada día aparecen nuevos productos en el mercado. Sombras de ojos, mascaras de pestañas, tintes, etc. e incluso photoshop… Hay tantos que, para una persona que no esté muy metida en este mundo, puede llegar a ser agobiante.
Normalmente todo estos productos pasan unas pruebas y unos test que nos garantizan su seguridad a la hora de usarlos. Pero a veces esos tests no funcionan bien, sus resultados han sido manipulados –no penséis que somos conspiranoicos, y si no recordad lo que ocurrió con Volkswagen– o simplemente pertenecemos a un porcentaje de la población sensible a ciertos químicos, y ocurren cosas como la que vais a ver continuación.
Pues ni más ni menos que el tinte de pelo. Existe un componente químico llamado Parafenilendiamina (PPD) y que se encuentra presente en la mayoría de tintes permanentes. El PPD también se usa en tintes vegetales como la henna, algunos maquillajes, tintes de ropa, etc.
Se está estudiando nuevos compuestos que permitan sustituir el PPD como ingrediente en los tintes, pero a día de hoy no existe nada que permita obtener un color de cabello tan uniforme y no desaparezca con los lavados. Así que si alguna vez necesitas teñirte el pelo, haz una prueba antes para determinar si eres alérgico/a a esta sustancia. En caso de serlo tendrás que buscar tintes sin este ingrediente -que los hay, pero son menos duraderos- o conformarte con tu color de pelo actual.
Fuente: Distractify, Dertmnetz, Traducido y adaptado por Lavozdelmuro.net
Este artículo fue modificado el 8 enero, 2019 7:24 pm