Nos hemos acostumbrado a que cuando algo se rompe o ya no lo utilizamos, en vez de arreglarlo o buscarle una segunda vida útil, lo tiramos a la basura. No es que nadie nos haya enseñado que eso es lo correcto, es que el sistema económico está orientado en ese sentido. Cuanto más consumas, más valioso eres para nuestra sociedad.
Por suerte, muchas personas ya se están cansando de ello y se empieza a reutilizar y reciclar viejos objetos, dándoles un nueva utilidad. Esto, a parte de ser altamente beneficioso para el medio ambiente, lo es también para nuestro bolsillo, ya que podemos suplir ciertas necesidades sin tener que comprar cosas nuevas.
El consumismo exacerbado que vivimos nos lleva, a veces, a deshacernos de cosas que aun pueden servirnos durante cierto tiempo. Bryan Ware, un joven de San Francisco y padre de 2 hijos, observó que esta costumbre se lleva a cabo especialmente con los lápices de colores (o crayones, como se conocen en muchos países).
Estando Bryan en un restaurante le regalaron unos lápices de colores a sus hijos. Cuando se iban a ir, los crayones ya no le interesaban y preguntó en el local qué era lo que hacían con estos lapiceros. La respuesta fue «tirarlos a la basura». Esto puso en marcha la cabecita solidaria de Bryan dando lugar a una iniciativa a la que ha llamado Crayon Initiative (Iniciativa Crayón). Si quieres saber de que trata esta iniciativa, sigue leyendo.
La Iniciativa Crayón tiene su propia pagina web y de Facebook donde puedes seguir todos sus progresos y ayudarle en su causa con algún donativo.
Fuente: Bored Panda, The Crayon Initiative
Este artículo fue modificado el 8 enero, 2019 7:27 pm