Primavera: época de flores, naturaleza, alergias y estornudos. Si tú también sufres este mal, hay varias cosas que puedes hacer para aliviar tus síntomas.
Lo primero que debes saber es que el polvo y el polen son uno en primavera y que no suele haber uno sin el otro, por ello debes ser concienzudo en tus limpiezas y no uses plumero.
Es cierto que es cómodo, pero lo cierto es que el plumero solo mueve el polvo de un sitio para otro. En vez de eso, utiliza una gamuza y algo de limpiador para atrapar la suciedad.
No es casualidad que a la limpieza profunda se le llame «limpieza de primavera» y es que si deseas evitar la congestión nasal necesitarás limpiar en profundidad la ropa de cama.
Lava la funda del colchón, almohada, cojines, cortinas, edredones y cualquier otra ropa de hogar que supere los 6 meses sin limpiar.
Para evitar que tus prendas acumulen polvo, embólsalas cuando no vayan a ser usadas. Quizás te parezca una tontería, pero haz la prueba y en unos meses, observa la capa de polvo que hay sobre la bolsa, todo eso habría acabado en tu ropa.
Si eres muy alérgico o asmático al polvo o al polen, sentirás una gran mejoría si compras un purificador de aire.
Se les llama recogepolvo por algo y es que cuantos más adornos decorativos tengas, más dificultarán la limpieza general, acumulando suciedad y alérgenos en el ambiente. Decora con lo mínimo imprescindible; tardarás menos en limpiar y también te sentirás mejor.
Ventilar la ropa de cama es suficiente para eliminar los ácaros de la habitación pero los de las alfombras son otro cantar. En el suelo, en contacto con la tierra, el polvo y la suciedad se multiplican sin control. Para colmo, las alfombras no pueden lavarse con frecuencia, lo que las convierte en un foco de alérgenos terrible. Por ello, prescinde de este elemento decorativo o invierte en una aspiradora con filtro de agua y utilízala a menudo.
Debido su efecto electrostático, la microfibra atrae y retiene las partículas de polvo evitando que estás se propaguen por el aire durante la limpieza.
No llenes tu casa de polvo y suciedad, deshazte de tus zapatos nada más llegar a casa.
Barre o, mejor, aspira tu casa todos los días y sentirás un gran alivio.
La humedad de la fregona atrapa mucho polvo y polen.
Sacude enérgicamente tus alfombras una vez al mes. Puedes desplazarte a un lugar apartado para hacerlo y usar mascarilla en la tarea, pero te aseguramos que las molestias merecen la pena.
Si empleas estos consejos lograrás reducir al mínimo las molestias y la congestión nasal propia de la alergia dentro de casa. ¿Tienes algún otro truco? Compártelo con nosotros en los comentarios.