Mucha gente vive la vida centrada en encontrar el amor romántico, olvidando lo importante que es amarse a uno mismo. Y es que el amor propio no solo tendrá un importante impacto en tu bienestar, sino también en el de los que te rodean. Estas son las 15 cosas que te suceden cuando te enamoras de la vida que tienes.
El amor romántico es hermoso pero no lo es todo. El ser humano puede sentir verdadera pasión por la música, el arte, la fotografía, la literatura, el deporte… Tanto si estas soltero como en pareja, dedica tiempo a descubrir y desarrollar tus verdaderas pasiones. Éstas inspirarán tu día a día y te harán crecer personalmente.
Enamorarse de la vida significa aprender lo que te gusta, deseas y necesitas y actuar en consecuencia, centrándote en tus objetivos, estableciendo metas y trabajando para lograrlos.
Mucha gente pasa la vida lamentándose por estar solo, de estar lejos, por no…. pero si decides dar el paso y enamorarte de tu vida, deberías centrarte en disfrutar de aquellas relaciones que te llenan e invertir tiempo en ellas, para que crezcan y puedan florecer. Eso sí, no te preocupes por ver quien llama a quien, solo pon de tu parte y da siempre el premio paso.
El egoísmo es malo si está mal enfocado, pero si lo que quieres es exprimir hasta el último minuto de tu vida, no está tan mal. Esto no significa que te olvides del resto del mundo, al revés debes centrarte en viajar, explorar y conocer gente, mucha gente… pero quédate solo con aquellas personas que sumen a tu vida, todo aquel que reste mejor déjalo atrás.
Cuando decides no vivir centrado únicamente en tu relación, tienes más tiempo para estudiar, establecer y desarrollar tus prioridades, situándolas al menos al mismo nivel. Esto no solo es más saludable, sino que te permite aprender y anclar tu vida en muchos pilares, de forma que, si uno se tambalea, tu seguirás fuerte y sin caer.
Se acabó esperar a que la divina providencia se presente en tu puerta con buenas nuevas, los enamorados de la vida escriben su propia historia y no están dispuestos a tener una existencia mediocre, y por ello, siempre tienen algo que hacer. Un plan, una escapada, una salida, una lectura interesante… perder el tiempo no es lo suyo.
Quieres aprender y reconoces que la experiencia es un grado, por ello te rodearás de personas interesantes a las que servir de apoyo y de las que recibir ayuda, construyendo relaciones adultas y mutuamente satisfactorias.
Al vivir centrado en experimentar nuevas experiencias no pararás de cambiar y crecer como persona. Esto incluye reconocer nuestros errores y fallos de carácter, y trabajar para corregirlos y lograr ser más equilibrados.
El mundo tiene tanto que ver que no podrás pasar tus días delante del televisor, sentirás un irrefrenable deseo por salir a explorar, caminar por el bosque, respirar aire puro ya sea con amigos o en solitario.
De repente una puesta de sol o un paseo con tu perro se volverán acciones plenamente satisfactorias, y es que cuando te enamoras de la vida los pequeños detalles son los que marcan la diferencia.
Algunas personas no se sienten completas sino están en pareja, pero eso es como si siempre fueras la mitad de algo. Las personas enamoradas de la vida se sienten 100% completas gracias a su aprecio por las pequeñas cosas y las relaciones, de esta forma y llegado el momento, no son la mitad de nada, sino el doble de todo.
Seas religioso o no, las personas enamoradas de la vida se sienten muy afortunadas de lo que tienen y pueden experimentar. Esto es muy importante, ya que aleja las insatisfacciones y crea un estado de bienestar físico y mental duradero.
La soledad nunca será tu enemiga, sino una manera más de disfrutar de la vida, un refugio, el lugar desde el que valorarte y construir relaciones de amistad o amor con otras personas. No tener miedo a estar solo, te entrega un gran poder sobre ti mismo.
Para ti la vida es un camino de crecimiento y, siempre, sea lo que sea que te depare el futuro, lograrás ser una mejor versión de ti mismo.
Quererse a uno mismo no es algo sencillo y que se haga de forma natural, al revés, requiere de esfuerzo para superar todas nuestras insatisfacciones y aprender a valorar todo lo que nos hace únicos, incluyendo nuestras imperfecciones. Supone largas tardes de reflexión para construir una autoestima fuerte y asumir la tarea de ser felices, porque la felicidad no llega por suerte, debe construirse. Solo entonces el amor -romántico, justo y saludable-, llamará a tu puerta.