El cultivo del bonsái es una practica originaria de China. Hace ya 2.000 años, los monjes taoístas cultivaban estos árboles en miniatura como símbolo de eternidad y de conexión entre lo divino y lo humano. En aquel entonces no se les llamaba bonsáis si no penzai, que significa «cultivar en bandeja».
Hace unos 800 años, esta tradición llego a Japón, donde adquirió el famosos nombre que todos conocemos. La traducción es exactamente la misma que en chino, por lo que se cree que es una adaptación de la palabra original.
Antiguamente reservado a nobles y personas de la alta sociedad, hoy en día cualquier persona puede iniciarse en esta relajante afición. Con ciertas dosis de paciencia y algunos conceptos básicos, podremos conseguir unos bonsáis con un aspecto precioso.
Mucha gente piensa que el término bonsái se refiere a una especie en particular de planta, pero nada más lejos de la realidad. La palabra hace referencia al modo de cultivo, no a la planta en sí; por lo que, en realidad, cualquier especie arbórea es susceptible de ser un bonsái si se poda, se riega y se cuida adecuadamente.
El mayor atractivo de estas plantas es el de conseguir reflejar escenas de bosques o montañas a una escala reducida. En las siguientes fotos veréis cómo estas diminutas plantas pueden llegar a tener un aspecto realmente bonito e impresionante.
Un bonsái puede llegar a vivir exactamente lo mismo que su homónimo en tamaño normal. Tan solo hay que seguir los cuidados necesarios de una manera bastante disciplinada.
Fuente: Bored Panda, Artículo traducido y adaptado por La Voz del Muro
Este artículo fue modificado el 7 enero, 2019 4:43 pm