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El encabezado de las cartas antiguas te parecerá ahora verdadera ciencia ficción

Situados en España hace ya algunos años, algo más de 40, las cartas no eran como actualmente. Debido a que corrían tiempos de la dictadura franquista, el correo postal debía incluir un pequeño detalle que ahora nos sorprendería.

Ya en los primeros años de la posguerra muchas cosas cambiaron, y una de las que no volvió a ser igual hasta pasado 1975 fue la forma de llevar la comunicación. El nuevo protocolo no solo afectaba al correo sino que cuando llamabas a cualquier organismo oficial por teléfono la respuesta siempre era: «¡Arriba España! Dí­game». Por supuesto, quien efectuaba la llamada debía a su vez contestar también: «¡Arriba España!».

Solo después de haber dicho la correspondiente frase se podían decir las peticiones, reclamaciones o lo que se quisiera, pero siempre acabando también con otra frase hecha: «Es gracia que espera alcanzar de Vd. cuya vida guarde Dios muchos años». Todo aquel que no usara estas fórmulas sabía que todo se archivaba directamente en la papelera. 

Del mismo modo, las cartas debí­an encabezarse con: «¡Arriba España! Saludo a Franco» y terminar con: «Por Dios, España y su revolución Nacional-Sindicalista». El objetivo último era que había que demostrar el amor por el régimen de forma «voluntaria y total».

El propio régimen facilitaba muchas de las fórmulas al poner en circulación sobres y postales patrióticos predeterminados

Todas las cartas debían incluir siempre alguna referencia a España y su dictador en el momento, Francisco Franco

Además, podía también incluirse dentro de la propia carta

E incluso las postales estaban ya preparadas para tal fin, con el sello incluido

Otras veces, en los grafismos referentes a Franco ya se incluían estos eslóganes característicos

Había también sellos y sobres que se diseñaban especialmente con motivos franquistas para correo postal

Cuando el volumen de correspondencia era elevado, se recurría a sellos de caucho que se estampaban en cartas y sobres rápida y fácilmente

Pero si no se disponía de tarjetas o sobres patrióticos, los eslóganes se debían escribir a mano

Incluso también dentro de la carta, normalmente en el encabezado como puede verse aquí

No todo era en blanco y negro, había modelos en los que se usaba también el color de la bandera del país enmarcando a Franco

Además, había sellos como estos, que indicaban la procedencia de la carta

He aquí algunos ejemplos de sellos incrustados ya en el propio papel

Se sabía que pasaría por la censura, había que manifestar por todos los medios posibles que no se era desafecto al Movimiento Nacional

Pasado el riguroso examen, se estampaba un sello con el texto «Censura Militar»

Para poder enviar mensajes y que la censura no se enterase había que ser muy original, como el caso de este dibujo de un recluso catalán enviado a su familia

La censura, para que se le facilitase su trabajo, prefería el uso de postales o que se dejase el sobre abierto en el caso de las cartas

Fuente: historiasdelahistoria

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