Cuando alguien queda embarazada en la familia, todo son cambios, nuevas emociones y nervios.
En general es siempre una alegría esperar la llegada de una nueva personita a la familia. Para estos padres, todo era tal cual pensamos. Emoción, nervios y ganas. Sobre todo la preocupación gira en torno a la salud del bebé. No importa si es niño o niña, pequeño o grande, lo único que se quiere es que esté bien. Que el bebé llegue sano.
Por desgracia, no todos los padres tienen la suerte de tener un niño perfectamente sano.
Muchos lidian con problemas, con historias de superación y enfermedades que ni siquiera conocían. Estas experiencias cambian la vida, hacen que las personas pasen de un estado a otro, que actúen de formas que nunca habían imaginado.
La historia de esta familia es asombrosa porque Parker Grelecki nació con una condición llamada hidrocefalia. Es un trastorno en el que hay una cantidad anormal de acumulación de líquido cefalorraquídeo en el cerebro. Esta afección se da en 2 de cada 1.000 nacimientos en Estados Unidos, donde Parker nació.
Sin embargo
los síntomas que presentaba este bebé eran muy graves, de ahí lo increíble de esta historia milagrosa.
El cerebro del pequeño ocupaba aproximadamente el 5% de su cavidad craneal mientras que en los partos normales el cerebro ocupa en cualquier entre un 90 y un 95%.
Cuando nació, su padre cuenta que estuvo a su lado todo el tiempo hablándole,
sosteniendo su mano.
«Ese amor incondicional simplemente se precipita sobre ti, y ves ese bebé indefenso y no puede hacer nada por él», explicaba Ryan Grelecki.
Historias como las de Parker son un auténtico ejemplo de superación. Que un bebé nazca con solo un 5% de su cerebro ocupando su craneo y que consiga salir adelante es todo un milagro.
El pequeño le puso tantas ganas, tantas fuerzas, que se convirtió en un milagro viviente.
Ahora que ha pasado todo los médicos del Hospital Infantil de Atlanta recuerdan que » lo que hicieron básicamente fue conseguir el espacio suficiente para que su cerebro pudiera crecer normalmente», recuerda Joseph Williams, M. D. jefe de Cirugía Plástica y Craneofacial en el hospital.
Parker es un niño sano que vivió una historia de superación tan grande como el amor que sus padres y los médicos pusieron en él y en sus posibilidades. Porque siempre tenemos otra opción: no rendirnos, seguir, luchar o mantenerse siempre al pie del cañón, pero
muchas veces depende de que se nos brinde la oportunidad adecuada para que obrar el milagro.
Tal y como a Parker se la dieron, sin rendirse nadie de los que estuvieron con él desde el primer momento.
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