Si bien muchos artistas utilizan sus obras como vehículo hacia un realismo perfecto, en pos de ilustrar la belleza de un instante, otros, movidos por unos férreos ideales, usan su arte para concienciar.
Y del mismo modo que algunos artistas eligen pintar paisajes, retratos, autorretratos o se inclinan por los motivos abstractos, Youri Cansell, más conocido como Mantra, realiza murales que no solo se traducen en un deleite visual de las comunidades que lo exhiben, sino que también nos alertan sobre problemas globales a los que debemos estar muy atentos.
Cuando era niño, Youri Cansell, o Mantra, quería ser naturalista. Ahora, hace murales de gran tamaño con sus animales favoritos: mariposas, insectos y aves.
Murales para denunciar la biodiversidad que estamos perdiendo
Si bien en sus obras encontramos múltiples referencias a mariposas, lo que Mantra busca es la conexión entre los sujetos, los entornos y las aves endémicas. Por ello, utiliza una técnica realista, casi como si viéramos sus obras por el objetivo de una cámara, respetando las formas arquitectónicas, el emplazamiento y la gente que habita en la comunidad.
Cada uno busca su forma de expresar lo que le llama la atención en el mundo. Lo que reflejan mis pinturas es quien soy, lo que me interesa en la vida, no solo la etimología de pintar murales, explica Manta sobre su obra.
Me interesa también el viaje humano. Pintar murales no solo es un acto social, es ir al encuentro de la gente, interactuar con el ambiente me permite avanzar en la sociedad que conocemos, que ahora ya es global y que está conectada, matiza.
En cuanto a su nombre artístico, se siente muy identificado con el significado. Mantra es una palabra común, especialmente presente en la cultura budista, afirma. Desde que comencé como artista de grafiti, usé Mantra como mi apodo debido a mi atracción por esta palabra.
Después de años de pintar encontré mi propio equilibrio. Me di cuenta de que finalmente estoy cerca de la definición de un mantra: repetir mi mantra adecuado en la pintura, siempre con más concentración y asiduidad.
Una pasión que le viene desde niño
A los 8 años, el artista abandonó la vida en la ciudad para mudarse al campo con su familia. En aquel tiempo fue cuando su vena naturalista emergió. Cuando era niño, tuve la suerte de pasar mucho tiempo en el jardín de mi familia. Soy muy sensible hacia todos los pequeños seres vivos con los que me encontré allí, como pájaros, insectos o arañas, recuerda Mantra sobre su infancia. Las mariposas alimentan mi curiosidad y construyeron mis sueños infantiles.
Así fue como empezó a coleccionar cajas, que le regalaban sus padres por su cumpleaños, en las que recogía todas aquellas «curiosidades» que encontraba en su jardín para «descubrirlas, estudiarlas y dibujarlas».
Aquellas cajas encontraron su camino en los enormes y realistas murales del artista. En ellos, podemos ver mariposas, muy hermosas y detalladas, dentro de los marcos de fotos, como si estuvieran archivadas.
Hace unos años tuve la suerte de ver mariposas amazónicas en su propio entorno y luego en la Universidad PUCE de Quito, en el departamento de biología, dice Mantra.
Basándose en una foto de aquel archivo, hizo su primer mural de mariposas en Thionville, una ciudad al noreste de Francia, cerca de la frontera con Alemania. A partir de entonces, pasó a pintar, además de mariposas, otros insectos, entretejiendo sus recuerdos personales y la inspiración extraída de los sitios en los que estaba trabajando.
Finalmente me convertí en un pintor que soñaba con ser naturalista, explica. Y de algún modo, las dos carreras tienen cosas en común. En ambos se necesita un gran ojo para los detalles, así como una paciencia casi infinita y la voluntad de sumergirse en una sola tarea durante horas y horas.
Si os ha gustado el trabajo de Mantra y sois fanáticos de los murales gigantes, aquí os dejamos otra increíble remesa.