En promedio, una persona expulsa gases entre 14 y 23 veces al día. Los pedos son causados por aire atrapado y gases corporales.
Si bien se trata de un proceso completamente normal, a veces puede ser ruidoso y vergonzoso. Esa es la razón por la que la mayoría de nosotros tratamos de contenerlos.
Sin embargo, hoy descubrirás que hacerlo podría no ser una buena idea. Por ello, lo mejor es expulsar los gases siempre que podamos. Estos 5 motivos deben bastar para que lo cumplas a rajatabla a partir de ahora:
Al aguantarnos los gases, los intestinos se ponen en riesgo ya que se inflaman y, en casos extremos, pueden formarse divertículos en el colon. Estos son pequeñas bolsas que lo abultan, provocan estreñimiento, inflamación abdominal y cólicos.
Esta investigación muestra que, cuando nos aguantamos un pedo, parte de este gas es reabsorbido por el sistema sanguíneo y, eventualmente, puede salir cuando exhalemos. Sin embargo, la mayor parte del gas permanecerá bajo presión dentro de nosotros, hasta que finalmente podamos liberarlo a través de un pedo o eructo, o ambos.
Cuando contraemos los músculos para evitar que los pedos se escapen, se genera presión dentro de su cuerpo y puede provocar dolor, indigestión y, además, acidez estomacal. Si se hace con regularidad, también puede causar hinchazón en su tracto digestivo.
Los pedos eliminan la presión en nuestro cuerpo. Si bien los pedos son buenos para el colon, retener el gas con demasiada frecuencia puede irritar el colon. Del mismo modo, también puede irritar las hemorroides.
Si bien tirarse pedos es completamente normal y saludable, su patrón y olor y frecuencia pueden estar indicándonos posibles problemas de salud, como intolerancias alimentarias u otros problemas digestivos. Los pedos extremadamente apestosos también pueden indicar un alto contenido de azufre en nuestro organismo. Cuando un pedo resulta doloroso, o notáis que algo no va como debería, lo más apropiado es consultar al médico cuanto antes.
Y si es el olor lo que te preocupa, lo mejor es limitar los alimentos que contienen niveles altos de azufre: brócoli, coles de Bruselas, repollo, coliflor, cerveza y alimentos de alto contenido proteico. Esto puede reducir los olores característicos. También comer plátanos, patatas, cereales y trigo con regularidad pueden evitar que los pedos huelan mal.