Con el verano a la vuelta de la esquina, no son pocos los que se están preparando a conciencia para eliminar esos kilos de más. Por eso, hoy queríamos adentrarnos en una de las zonas donde la grasa suele afincarse con más frecuencia tanto en hombres como en mujeres: el vientre.
Puede que lo hayas intentado todo, y que por más peso y volumen que hayas perdido tu barriga siga ahí. En estos casos, lo primero que hay que hacer es identificar el tipo de grasa y por qué está ahí. Sabiendo esto, será más fácil decirle adiós:
¿A veces tienes dolores de espalda, sensación de hambre, o anhelas comer cosas azucaradas? La bebida es la culpable de este tipo de barriga, no importa si es grande o pequeña. La cerveza, el vino y otras bebidas alcohólicas son las principales culpables de impedir que el cuerpo metabolice los alimentos correctamente o minar la capacidad del hígado para quemar la grasa. Además, a esto hay que sumarle que el alcohol también tiende a tener unos valores calóricos altos.
Qué hacer:
Después de dar a luz, en muchos casos, la grasa parece haber establecido su residencia permanente en el vientre. Incluso después de haber perdido el peso del bebé, es posible que aún sigáis teniendo barriga. Esto podría deberse a la diástasis de rectos, que hace que los músculos abdominales se separen y los tejidos se estiren.
Los niveles de insulina también aumentan durante el embarazo. Por eso, puede ser que se esté acumulando grasa en tu abdomen. En estos casos, lo mejor es consultar a un especialista para descartar la diabetes.
Qué hacer:
El cortisol es uno de los compuestos que nuestro cuerpo libera cuando estamos sometidos a estrés. Este está conectado directamente con la ganancia de peso, ya que obliga al cuerpo a almacenar grasa visceral, pero también puede causar ansiedad y, por ende, hacer que comamos más de lo necesario. Esta grasa suele reunirse en torno a la cintura y causa flacidez en el abdomen. Los patrones de sueño también pueden suponer una forma de estrés no tan evidente.
Qué hacer:
Los niveles hormonales pueden sabotear nuestros esfuerzos para deshacernos de nuestro exceso de grasa. Diversos estudios señalan que si eres hombre y tus niveles de testosterona están por debajo 300 ng/dl, esto puede ser indicio de síndrome metabólico, que se caracteriza entre otras cosas, por la acumulación de grasa en el abdomen.
En cambio, si eres mujer y tus valores de testosterona están por encima de 70 ng/dl, puede ser uno de los signos de SOP (síndrome de ovario poliquístico). Este síndrome habitualmente se acompaña de hirsutismo, resistencia a la insulina y tendencia a acumular grasa en la barriga.
Qué hacer:
¿Os despertáis por la mañana con el vientre plano, pero este termina expandiéndose a medida que transcurre el día? Las causas de este tipo de abdomen pueden ser gases, intolerancia a ciertos alimentos/alergias, desequilibrios en la flora intestinal o malas digestiones.
¿Notas que después de comer te sientes muy hinchado? Podría tratarse de intolerancia al gluten o que no estamos comiendo la suficiente fibra. Experimenta eliminando una comida o dos (pasta, maíz, levadura, etc.), para ir descubriendo qué alimentos podrían estar causándonos problemas.
Qué hacer:
Ni qué decir tiene que lo más recomendable en estos casos, sobre todo si tienes dudas sobre por qué no eres capaz de perder peso, es ponerse en manos de un médico. La grasa abdominal extra puede ser un precursor a enfermedades como la diabetes, problemas de corazón e incluso cáncer.