Los ácaros están constituidos por un gran número de arácnidos, totalmente imperceptibles a la vista humana. Se pueden encontrar tanto en el hábitat terrestre como marino, en grandes ciudades o pequeñas casas, siendo el último caso dónde es más común ubicarlos. Por lo general, son considerados como depredadores y parásitos.
Aunque los ácaros se alimentan de plantas y de materia orgánica en desecho, son uno de los principales causantes de enfermedades y alegrías en el ser humano, y hasta en otros animales.
Existen 50.000 especies de ácaros. Cuentan con cuatro pares de patas articuladas y un par de tenazas, las cuales son de utilidad para alimentarse. Dependiendo de la especie, también les sirven para roer la piel y succionar la sangre u otras sustancias.
La mayoría son inofensivos. Pero sus deposiciones y sus cuerpos sin vida figuran entre los principales causantes de alergias comunes, así como la alergia al polvo o el asma en el ser humano. La sintomatología se hace presente con estornudos, congestión, goteo nasal, tos, lagrimeo y enrojecimiento cutáneo.
A los ácaros del polvo les gusta comer la piel muerta de nuestras mascotas y de nosotros mismos. Y es que perdemos suficiente piel al día para alimentar a un millón de ácaros del polvo. Las escamas de piel muerta en las alfombras, las camas y los muebles son como deliciosos aperitivos para ellos.
También, pueden ocasionar otras enfermedades, como:
Las enfermedades que causan los ácaros pueden complicarse con el pasar del tiempo, por lo que resulta importante tomar las medidas pertinentes y necesarias en cuanto al aseo del hogar.
Este artículo fue modificado el 17 septiembre, 2018 10:38 am