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Descubre todo sobre el dragón azul, un diminuto animal marino que parece sacado de una película

La naturaleza tiene un gusto especial por crear criaturas muy bellas, pero extremadamente peligrosas. A veces, de gran tamaño y fiereza, otras, como en este caso, pequeñas y adorables.

El dragón azul es una hermosa criatura de vivos colores y divertidos movimientos que puede robarte el corazón. Sin embargo, bajo su «traje de gala» se esconde una poderosa toxina. Un veneno que ni siquiera fabrica, sino que obtiene de otro animal al que se lo «roba».

Y es que este pequeñajo está lleno de sorpresas y curiosidades. Descúbrelas con nosotros.

Glauco atlanticus

El glauco atlánticus o dragón azul, como se le conoce popularmente, es un curioso molusco sin concha, una especie de babosa que habita en las aguas templadas y tropicales de las costas sudafricanas, europeas, australianas y de Mozambique.

 

Son animales diminutos que no llegan a medir más de 3 cm de longitud. Su cuerpo blando, puede hincharse de aire lo que le permite flotar y ser arrastrado por las olas en busca de alimento.

Camuflaje y veneno robado

Lo más llamativo de este animal, son sus vivos colores azules, celestes y blancos. Una combinación que le confiere un engañoso aire festivo y jovial, gracias a sus seis apéndices ramificados en forma de rayos.

Sin embargo, lo que a nuestros ojos es un precioso vestido de fiesta, es en realidad un excelente camuflaje que le permite engañar a sus enemigos naturales.

Al flotar panza arriba, su vientre azul se confunde con las aguas marinas; en cambio su lomo verde plateado lo camufla con el tono opaco de las profundidades.

Como comentamos al principio, y a diferencia de la mayoría de los moluscos, el dragón azul no posee concha, y es que no le hace falta, ya que a pesar de poseer un cuerpo blando, sus apéndices azules poseen una alta toxicidad.

Lo más sorprendente es que el dragón azul no posee glándulas venenosas con las que fabricar toxinas, sino que las absorbe de su principal fuente de alimentos, la carabela portuguesa, un interesante animal marino muy venenoso que, sin embargo, el dragón azul puede comer y digerir.

En caso de no encontrar alimento, los dragones azules pueden volverse caníbales, devorándose entre ellos si es necesario. Algo que no parece ser un problema para la supervivencia de la especie, ya que, para terminar el elenco de datos curiosos, los dragones azules son hermafroditas.

Poseen ambos tipos de genitales por lo que después de apearse con otro individuo, ambos producen diminutos huevos que suelen colocar en trozos de madera a la deriva o el esqueleto de un animal muerto.

Fuente: wikipedia.com y masterok.livejournal.com

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