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El afortunado antes y después de Petra: la ‘perra petrificada’

Los perros abandonados en las ciudades sufren incontables desgracias. Tenemos que tener en cuenta que este tipo de animales son seres normalmente domesticados y que, de tener que valerse por sí solos, pasan muchas penurias.

En ocasiones, llegan a estar realmente enfermos y a punto de morir. Por suerte, cada vez hay más conciencia, se abandonan menos y se adoptan en los refugios en vez de comprarlos. Además, el rescate de animales de la calle se ha convertido en una práctica habitual.

Pero todavía queda mucho camino por recorrer y mucha educación que impartir para que todos los seres vivos sean tratados con el respeto que se merecen. Hoy os traemos la historia de Petra (que significa piedra en griego) y de cómo fue rescatada en lamentables condiciones.

En abril del año pasado, una mujer paseaba por las calles de Atenas cuando vio a Petra. Intentó acercarse a ella con la intención de cogerla y ayudarla, pero Petra no había tenido contacto antes con humanos (o por lo menos no buenas experiencias) y no se dejaba atrapar.

Le hizo una foto y la subió a Facebook con la esperanza de que alguien pudiese ayudarla. Petra tenía 5 años en ese momento y era evidente que se encontraba gravemente enferma.

Finalmente, y con ayuda de la organización animalista Save Greek Stray, la perra vagabunda fue capturada y llevada a un refugio de animales en la ciudad de Oropo. Dalia Orfanidu se encargó de cuidar al animal cuando fue rescatado.

«Creo que siempre ha sido un perra callejera. Los perros en su estado suelen ser más amigables cuando se han relacionado antes con humanos, pero al parecer nadie había tocado nunca a Petra» dice Walia.

Petra se encontraba en un estado horrible. La sarna había producido en su piel esas costras que le daban un aspecto casi de piedra. Además sufría de Leishmaniasis, una enfermedad parasitaria que, de no ser tratada, puede resultar mortal. Poco a poco, y con el tratamiento adecuado, fue recuperándose.

Pero, aunque se mejoraba físicamente, Petra seguía sin confiar en nadie. «No quería salir de su jaula y gruñía a otros perros. Cuando alguien se le acercaba se escondía y lloraba» dijo Walia.

Lentamente se fue volviendo más confiada, empezó a aceptar salir de su jaula, dejarse acariciar y ser sociable con los humanos y otros perros. Walia trabajó mucho con ella y no se rindió nunca.

«Poco a poco empezó a mover la cola, a estar alegre y querer jugar con nosotros, con sus juguetes y con el resto de animales» Ahora Petra es un perro que cualquiera querría tener.

Nada más ver sus fotos, se nota que ha tenido un cambio espectacular. Ya no es la pobre perra enferma, delgada y abandonada que fue. Ahora es un animal hermoso y cariñoso preparada para encontrar una familia a la que querer.

Si quieres ayudar a otros que han pasado por lo mismo que Petra, adopta en vez de comprar, su amor no tiene precio.

Fuente: Fishki, artículo traducido y adaptado por La voz del muro

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