Que a lo largo de la historia de la medicina se han realizado auténticas carnicerías y chapuzas no es nada nuevo, pero a día de hoy, con todos los avances en este campo, resulta insólito, cuando no aberrante, que aún siga habiendo matasanos de esta índole o, peor aún, gente que deposite su confianza en ellos para tratar sus problemas de salud.
Antes de ahondar en el caso que nos compete hoy, quisiera recordar algunos casos famosos a lo largo de la historia. Sin embargo, la mayoría de estos despropósitos médicos eran fruto del desconocimiento y la desesperación para paliar y mitigar el dolor o el malestar producido por las enfermedades.
Su uso finalizó en 1950, cuando la penicilina se reveló como mejor tratamiento para la sífilis y comenzó a darse credibilidad a sus efectos tóxicos. Sin embargo, el mercurio fue responsable de miles de muertes por envenenamiento durante más de 2000 años.
En este artículo os contamos todo acerca de esta aberrante práctica.
Como os decía, estos tratamientos eran fruto del desconocimiento y, por ello, podría decirse que algunos están justificados.
Sin embargo, el caso del señor Rosdi Hasan está generando mucha polémica entre los médicos del siglo XXI:
No son pocos los médicos que han aprovechado la difusión de las redes sociales para arremeter contra Hasan y sus prácticas. De hecho, un tal doctor Mahyuddin afirma que «no se pueden tratar los problemas discales a porrazos« y que incluso «hasta los dibujos del quiropráctico en las espaldas de sus pacientes son inexactos«, por lo que «un mal golpe podría dejar a sus pacientes en una cama para siempre«.
Desde luego, este médico se hubiera convertido en un héroe de haber existido en la antigüedad, pero en la época en la que estamos muchos cuestionan sus procedimientos.
Viendo lo visto, es de agradecer que la ciencia haya avanzado tanto en este último siglo.