Como ya hemos visto en otras ocasiones, observar el etiquetado de ciertos productos en muchas veces es la única forma de saber a ciencia cierta lo que estamos comiendo, y más desde que entrara en vigor el pasado diciembre el Reglamento europeo 1169/2011, que estipula qué y cómo debe aparecer la información en las etiquetas de los productos envasados.
Es verdad, actualmente las etiquetas vienen más completas y son mucho más específicas, a pesar de seguir omitiendo algunos componentes como las grasas trans. Entonces pensaréis que, gracias a esta medida, es fácil saber lo que comemos. Nada más lejos de la realidad, la industria alimentaria sigue engañándonos con el etiquetado de sus productos, ya que está obligada a reservar un espacio en los envases para listar los ingredientes de sus productos, pero no tiene la obligación de informar sobre ellos en el resto del paquete. Es en este punto donde intentan colárnosla una y otra vez.
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) asegura que la inmensa mayoría de las etiquetas respeta las nuevas normas, alejándose del fraude y la ilegalidad. Sin embargo, suelen valerse de la letra pequeña y otro tipo de artimañas para camuflar la verdad, mientras que los grandes eslóganes publicitarios generan malentendidos y confusión en los consumidores.
Por eso, la OCU ha pedido a los consumidores que fotografíen las etiquetas de los productos que consideren engañosos y las cuelguen en Twitter con el hashtag #EtiquetasTrampa. Estos son algunos de los mejores ejemplos que los consumidores han compartido a través de twitter:
Como habéis podido ver, existen cantidad de productos que enmascaran la verdad o se sirven del engaño para conseguir, por todos los medios, que escojamos sus productos. Por eso os recomendamos que leáis detenidamente algunas etiquetas de productos envasados, sobre todo si vais buscando uno en concreto por motivos de salud.
Fuente: OCU, elconfidencial, twitter,