Cuando se trata de la ropa, cada uno tiene sus costumbres y preferencias. Nos vestimos con lo que nos vemos mejor, nos sentimos más cómodos y con aquello que creemos que nos favorece. Hay quienes son más de ropa muy holgada, quienes van siempre hechos un pincel y también quienes usan ropa muy ceñida.
Si eres de los últimos y, en general, te gusta llevar la ropa y complementos bien ajustados, a continuación podrás leer algunos de los efectos en tu salud que esto puede tener.
Imagen de @the.morninghero en Instagram
Este efecto fue estudiado en 10 hombres sanos mientras realizaban abducción de hombro (ejercicios de levantar los brazos) usando chaquetas muy apretadas y chaquetas que eran de su talla. Los resultados mostraron diferencias significativas entre ambas condiciones experimentales.
La actividad de los músculos se vio mermada al usar la chaqueta ceñida, por lo que la escápula veía restringido su movimiento y no podía completar el ejercicio. En general, el uso de chaquetas ceñidas produce movimientos no naturales en los músculos implicados en la rotación del hombro, provocando dolor.
Aunque en general estamos incómodos antes de llegar a apretar en exceso la corbata, hay a quienes les gusta llevarla bien ceñida y por largos periodos de tiempo. La constricción alrededor del cuello aumenta la presión intraocular, lo que puede derivar en un glaucoma, una afección del nervio ocular y la principal causa de ceguera en mayores de 60.
En un estudio que puso en relación el uso de corbatas y camisas ceñidas con la presión intraocular, obtuvieron que el uso continuado de corbatas apretadas puede considerarse un factor de riesgo a la hora de desarrollar un glaucoma o también puede interferir con su correcto diagnóstico.
Los que más sufren este tipo de lesiones son los hombres, ya que sus genitales están más expuestos a la cremallera de los pantalones que los de las mujeres. Sorprendentemente, una quinta parte de las lesiones en el pene son causadas por la bragueta de los pantalones, especialmente entre los más pequeños.
Acerca de esto hubo un estudio que duró 9 años y encontró un número estable de lesiones genitales causadas por las cremalleras al año.
Para comprobar este efecto, estudiaron el andar de las mujeres bajo con condiciones: vistiendo pantalones apretados y vistiendo unos más sueltos. Los investigadores pudieron comprobar que tanto la rotación como la flexión de la cadera se veía significativamente reducida cuando caminaban con pantalones ceñidos. Esto sugiere que un uso continuado de este tipo de prendas puede reducir la movilidad de la pelvis.
El uso de calzoncillos muy ceñidos ha mostrado una correlación positiva con una menor espermatogénesis, es decir, un descenso en el número de espermatozoides, lo que podría terminar en infertilidad. Esto se debe al aumento de la temperatura que se produce en los genitales al no permitirles transpirar, teniendo en cuenta además que pasamos muchas horas al día sentados.
Además del descenso en la producción de espermatozoides, también se observa oligozoospermia, que significa que el semen es de baja calidad. Esto podría derivar en problemas neurológicos en la descendencia.
Tanto los cinturones como los pantalones apretados presionan el estómago, especialmente cuando comemos demasiado. Esta presión intraabdominal aumenta el riesgo de reflujo, es decir, de que los ácidos del estómago asciendan por el esófago, provocando acidez.
Incluso aunque no seas propenso a tener acidez de estómago, usar cinturones apretados durante unas dos semanas, aumenta las posibilidades de que experimentes reflujo, según Jamie Koufman, médico e investigadora experta en este tema.
Este tipo de prendas, especialmente si son de tiro bajo, pueden presionar el nervio cutáneo femoral lateral, causando dolor y sensación de hormigueo y entumecimiento. La parte más grave de esto es la llamada meralgia parestésica, una irritación de los nervios de los muslos, que además de dolor y hormigueo ya mencionados puede provocar hiper e hiposensibilidad en los muslos.
Además cabe mencionar que los pantalones ceñidos también impiden la transpiración, creando un caldo de cultivo para hongos e infecciones de orina.