Cada día se consume menos pan, y por ello productores de trigo y panificadoras han decidido unirse para incentivar su consumo. Pero, ¿es realmente necesario?
A pesar de los mensajes alarmistas sobre la falta de pan en la dieta lanzados por este colectivo, los estudios independientes muestran que:
– España abusa del consumo de pan industrial, y por ende, de carbohidratos refinados.
– Los cereales, sobre todo los refinados y procesados, son alimentos de gran pobreza nutricional si se les compara con la carne, el pescado o las verduras. Solo la avena se salva.
– Por el contrario, son muy calóricos y suelen combinarse con sal o azúcares que lo convierten en uno de los peores alimentos que existen: la bollería industrial.
Hace siglos que el hombre consume pan y cereales, pero nuestros problemas de salud se han agravado desde los años 60, cuando se instauraron los procesos de refinado para maximizar la producción.
Así cuando nos referimos a que debemos dejar de comer pan, nos referimos al pan de trigo elaborado de forma industrial. Otros panes, como el verdadero integral, aquel hecho con harina integral real y no con salvado añadido, o los panes de masa madre y germinado no presentan este problema si se toman con moderación.
En resumen, no es que se deba eliminar ni el pan ni los cereales de la dieta, sino comer aquellos de calidad. Por establecer un paralelismo, no es lo mismo comer arroz integral cocido, que cereales de desayuno de arroz inflado y recubiertos de azúcar. Se entiende, ¿verdad?
Si comes pan de vez en cuando, no pasa nada, come el que más te guste. No obstante, si es un alimento frecuente en tu dieta, por tu salud y la de los tuyos, debes ser más selectivo y priorizar los mejores tipos.
Este artículo fue modificado el 15 diciembre, 2019 8:10 pm