Al igual que en cualquier otro país del primer mundo, en Francia también se desperdicia una inmensa cantidad de alimentos. No obstante, a diferencia de todos estos países, el gobierno francés ha decidido tomar una serie de medias al respecto:
Esta medida fue votada por la Asamblea Nacional francesa unánimemente. Según estimaciones oficiales, el ciudadano francés promedio desperdicia unos 18 kg de comida al año, 7 de los cuales ni tan siquiera abiertos.
Todos los productos que se encuentran en mal estado, por lo que ya no son comestibles, deben ser donados igualmente, pero en este caso a unas instalaciones dedicadas a transformarlos en alimentación animal.
Los supermercados, con una superficie de 400 metros cuadrados o más, tendrán que firmar contratos con organizaciones benéficas antes de julio del próximo año, o podrían sufrir multas de hasta 75.000 € o dos años de cárcel.
Según explica The Guardian, la ley francesa «va más allá que en Reino Unido, donde esta práctica se lleva a cabo de una forma completamente voluntaria y sin ningún tipo de obligación para el sector de comestibles y minoristas».
Se trata de una medida cuanto menos esperanzadora que debería implantarse cuanto antes en todos y cada uno de estos países industrializados, ya que se están tirando cantidades ingentes de comida diariamente, mientras que podrían estar en el estómago de todos aquellos que lo necesitan.
Fuente: distractify