Durante más de 12 años, los perros George y Blake se criaron juntos compartiendo miles de juegos, paseos, premios y buenos momentos. Pero desde que Blake falleció, George se encuentra profundamente deprimido. Las ganas de vivir simplemente se fueron con su amigo.
Como bien sabrás por este artículo los perros, al igual que otros animales, pueden sufrir depresión a raíz de un suceso traumático, así como por la pérdida de un amigo o familiar.
La pena y la ansiedad que sienten les hace reducir su actividad y sus ganas de comer, lo que puede poner en peligro su vida. De hecho, la depresión de George ha sido tan fuerte, que casi fallece en dos ocasiones. Sin embargo, y cuando todo se creía perdido, un alma cándida acudió en auxilio de George.
Al igual que ocurría con la gata enfermera, la presencia del pato Donald parece reconfortar la pena de George, que mejora día a día. Nos alegramos profundamente de su recuperación y lo celebramos haciéndonos eco de esta maravillosa amistad entre especies.
Fuente: Jacquie Litton / Facebook