El Labrador Retriever, tal y como nos indican desde Animal Wised, es una de las razas más populares del mundo según revelan los datos de perros registrados. Todos los amantes de los perros hemos querido tener uno alguna vez ya que son animales muy cariñosos e inteligentes que con un poco de entrenamiento pueden aprender todo tipo de trucos.
Sin embargo, adoptar un perro no es tan sencillo, supone una gran responsabilidad. Estos animales requieren tiempo, atención y cuidados, y además suponen un gasto económico que no todo el mundo se puede permitir. Un buen cuidador debe asegurarse en todo momento de que las necesidades básicas del perro están cubiertas y de que éste disfruta de una adecuada socialización y capacitación para así tener una mascota sana y feliz en casa. Antes de adoptar un animal, asegúrate de que puedes darle lo que necesita durante su tiempo de vida.
El Labrador Retriever moderno es el descendiente de un popular perro de pesca y caza de Terranova y Labrador, una provincia costera canadiense cercana al mar de Labrador. El Labrador, como tal, guarda cierto parentesco con el perro de agua de Terranova.
De hecho, originalmente, existían dos tipos distintos de perros de Terranova, diferenciados por el tamaño. El Terranova menor era de color negro, tenía el pelaje liso y un tamaño mediano. En cambio, el Terranova mayor era bastante más grande y utilizado para tirar de cargas pesadas.
La agilidad para sacar las redes de pesca del agua y entregarlas a su amo, junto a su carácter afectuoso, hizo que los pescadores de las aguas de Terranova eligiesen a la variedad de menor tamaño. A pesar de ser un perro más pequeño, este perro poseía una gran fuerza y resistencia y era bastante útil como remolcador de arrastre ocasional. Además, tanto el Terranova pequeño como el de talla mayor tienen los dedos palmeados, una doble capa de pelaje impermeable y una cola ancha que les convierte en grandes nadadores. En resumidas cuentas, el Terranova se convirtió en el mejor compañero y amigo de los pescadores canadienses.
Los perros de Terranova perdieron popularidad durante un tiempo debido a los impuestos sobre los perros en Canadá. A pesar de ello, estos animales habían sido frecuentemente acompañantes de los viajeros británicos durante los siglos XVIII y XIX y se habían arraigado como parte del patrimonio nacional.
Fue la raza pequeña la que se popularizó más y en 1903 se abrió camino en el English Kennel Club como un nombre propio: Labrador Retriever. Allí, la raza se refinó y ganó consideración como perro de caza afectuoso, educado y cuidadoso con las presas.
Finalmente, el Labrador Retriever fue aceptado oficialmente como raza en 1917 y desde entonces no ha parado de ganar popularidad.
El Labrador tiene un fuerte instinto de caza, según Pet MD, y adora dar largos paseos. Son perros activos, pero tranquilos y obedientes si han sido entrenados adecuadamente.
Sus actividades actividades favoritas son, sin duda, nadar y recuperar objetos que su amo haya tirado o le ordene recoger. Son grandes cazadores y nadadores que necesitan hacer ejercicio con regularidad para mantenerse en forma. Además, los Labrador Retriever tienen un gran interés por aprender y suelen llevarse bien con otros animales, con niños y con casi cualquier persona que se les presente.
Se trata de una raza excelente para personas que necesiten un perro de compañía para su familia, un perro de terapia o un perro guía. En cambio, no se trata de un buen perro guardián ya que es demasiado afectuoso y, aunque ladre, no tiene una tendencia natural a atacar a personas desconocidas.
La primera decisión que tenemos que tomar cuando adquirimos un perro es decidir si un macho o una hembra, si queremos un perro grande o pequeño y si deseamos que sea una raza poco activa o muy activa. Ante todo, debe ser una elección racional.
Si ya hemos elegido adoptar un Labrador Retriever porque conocemos su carácter y sus características, no solo nos tenemos que fijar en lo bonito que es, sino que también hemos de elegir un lugar de adopción o criadero fiable y serio.
Según Tiendanimal , es muy importante darle un buen alimento al Labrador Retriever, teniendo en cuenta su tamaño y su edad. Al ser un perro con tendencia al sobrepeso, es necesario controlar atentamente la cantidad de comida que come para evitar enfermedades.
El Labrador Retriever está registrado en el Kennel Club de Inglaterra en tres colores diferentes: negro, arena y chocolate. En el caso de la variedad negra, se permite que tengan una mancha blanca en el pecho, lo cual es bastante común aunque no deseable.
Existe cierta controversia respecto a si los labradores color plata son puros o no. En los principales clubes perros se aceptan, pero algunos como el Kennel Club exigen que se registren como un color «no reconocido» porque no hay base genética para el color plateado en los labradores auténticos. Puede ser natural que tengan mechones de pelo blanco en la cola, las patas y el pecho, pero no tostado ni plateado. Esto es importante en los perros de competición, pero no afecta al carácter del perro ni a sus capacidades.